Coreografía original de Alonso Alarcón, en el Oc’-Ohtic.
Mérida, Yucatán, 2 de diciembre de 2014.– Parte del público alineado en el escenario, más los asistentes ocupando las tradicionales butacas y con la sala del teatro «Armando Manzanero» todavía a media luz, un bailarín entra y explora el lugar mientras una nota musical sostenida tensa el ambiente e inicia la coreografía «Traslaciones», original de Alonso Alarcón.
En el tercer día de actividades del Festival Nacional e Internacional de Danza Contemporánea Oc’-Ohtic (Lo bailamos, lo danzamos), organizado por la Secretaría de la Cultura y las Artes (Sedeculta), procedente de Xalapa, Veracruz, se presentó la compañía Ángulo Alterno en el citado recinto de esta ciudad.
Pese a las grandes dimensiones del espacio teatral, la disposición del escenario y la presencia de espectadores en éste, los artistas lograron crear una sensación de intimidad, acentuada con la intervención sonora en vivo de Sergio Reynoso.
Aún con la sala iluminada aparece, en solitario, un segundo ejecutante que explora una franja de luz trazada entre el proscenio y el público, que ahora se encuentra dividido como si una parte de él estuviera detrás del espejo de una cámara Gestalt, lo que consigue múltiples lecturas de «Traslaciones».
Al quedar en total oscuridad, la intérprete femenina entra a escena y replica las acciones ya observadas en sus compañeros, pero esta vez agrega elementos estéticos propios que le hacen verse con personalidad única. Conforme evoluciona la música el trío danza en los límites lumínicos, hasta agruparse como partículas que se cohesionan y dispersan en ciclos.
Los bailarines responden a la propuesta acústica que se torna más orgánica, con el sampleo de una respiración agitada que impone el ritmo, luego se da un silencio abrupto y cae una tiniebla absoluta para marcar una transición.
En su búsqueda artística, Ángulo Alterno señala que esta pieza coreográfica «toma a la geometría como eje para la construcción de arquitecturas corporales y sonoras en un espacio lineal. Se trata de una manipulación concreta del cuerpo como objeto, en una zona que se multiplica en una doble lectura de quien observa».
Así, a lo largo del planteamiento escénico los danzantes nos llevan a un momento climático en el que todo se tiñe de rojo y ellos quedan encapsulados bajo luces cenitales, obligados a reconstruirse y reinventarse en esas fronteras, hasta que una vez más el silencio les permite trasladarse a otro sitio.
Alarcón nos ofrece un desarrollo en espiral, a través del cual el cuerpo queda revelado como sitio de vastos compartimientos, que es posible deconstruir para rearmarlo en la expresividad de la danza.
Esta obra fue estrenada en el XVII Festival Internacional de Danza Contemporánea de Michoacán 2014, y cuenta con las interpretaciones de Leticia Velasco, Miguel Fernández y Dante Mancilla.