Pues el primer festejo del triunfo morenista en Yucatán no estuvo a la altura de las circunstancias: Una hacienda, la de Tixcacal Opichén, fue el escenario que con toldos de lona y a 42 grados celsius de temperatura fueron más que un baño sauna para los asistentes.
Además, los morenistas de hueso colorado se cansaron hasta nomás de pedir fotos con el gobernador electo que -aún convaleciente-aguantó pero con semblante agotador.
Los organizadores sin mucho tacto político colocaron a Rommel Pacheco en una oculta y alejada mesa de donde no pudo ni ver al hoy gobernador Díaz Mena.
Y de remate para sus pulgas, mesa de tercera para el Senador ganador de Morena, PVEM y PT, Jorge Carlos Ramírez Marín.
Él, prefirió salirse con todos los suyos y mostrar así su desacuerdo con el espacio que le asignaron.
Desaseado pues, el organizado festejo del triunfo: Para la suerte de los ganadores, tienen seis años por delante, para aprender.
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