La Reforma al Poder Judicial orilló a varios magistrados a recurrir a su retiro para no perder su ingreso vitalicio y esto dará pie a una renovación de esos funcionarios de alto nivel y piezas fundamentales en la impartición de justicia en Yucatán.
Lo que preocupara a muchos trabajadores y gente de ese poder judicial en la entidad es la vulnerabilidad en la que quedarán los nuevos magistrados al no contar – a su retiro- con un ingreso honesto y producto de sus años de labor.
Y que por tanto podría dar lugar al «sospechocismo» sobre la actuación que realicen y que también hay el riesgo de llevarlos hacia alguna tentación como parte de la condición humana que a veces suele ocurrir.
No por nada se había acordado esa prestación para los magistrados, garantizando de esa forma su verticalidad e imparcialidad en la toma de decisiones tan importantes en la impartición de justicia y buscando -obvio- evitar los caminos de la corrupción.
Y precisamente por lo anterior, el Ejecutivo estatal deberá ser más que cuidadoso en los perfiles de los aspirantes a magistrados que se estarán enviando al Congreso del Estado.
Mandar ternas o nombres sin cubrir lo mínimo de esos perfiles sería autenticamente peligroso. Veremos pues…
(Desde el Balcón)