Un auténtico revuelo causó el delegado de Sagarpa en Yucatán, Manuel Escoffié Pompeyo, al declarar que en Yucatán no hay hambre, porque «todos tienen para comer» y que la marginación de la que se habla no es por pobreza sino la distancia en la que se ubican las comunidades. El propio delegado de Sedesol, Luis Borjas Romero, desmintió al funcionario al decir que incrementarán sus programas para combatir pobreza, desnutrición y condiciones de marginalidad.
El funcionario federal, o pecó de inocente, o simplemente no ha viajado en municipios y comunidades de Yucatán. Desde la comodidad de sus oficinas, difícilmente podrá saber cuántos yucatecos luchan a diario porque no falte el alimento en sus casas. En qué manos estamos dirían.
Escoffié Pompeyo no es nuevo en Sagarpa (eso es lo peor) ya que desde hace años labora en esa dependencia en Yucatán, por lo que se supone que debería estar ampliamente enterado de lo que pasa en la entidad. (desdeelbalcon.com)