El subsuelo donde se construyó no es homogéneo. Esperan iniciar trabajos de restauración el próximo año
Mérida, Yucatán, 28 de noviembre de 2016.- El director de la zona arqueológica de Dzibilchaltún, Ilan Vit Suzan, descartó que el Templo de las Siete Muñecas se esté hundiendo, más bien explicó que debido al paso del tiempo, el edificio “se está asentando de manera diferencial”, ya que el subsuelo dónde se construyó no es homogéneo.
Dijo que se trata de un fenómeno normal, tomando en cuenta que el inmueble tiene mil 300 años de antigüedad, y fue construido a base de mamposterías de piedra, que se están asentando de forma gradual.
“A partir de estudios geofísicos que hemos hecho, sabemos que el subsuelo no es homogéneo, tiene áreas con capacidad de carga buenas y otras que, por formación geofísica, tienen piedras más fragmentadas o rellenos artificiales que hicieron los constructores prehispánicos antes de levantar el Templo, que no tienen la misma capacidad de resistencia”, indicó en entrevista para Desde el Balcón.
Enfatizó que esa “imagen hollywoodense de película”, que el edificio estallará o se destruirá en un instante, es errónea, pues en realidad lo que ocurre es que se está asentando manera irregular. Pero, recalcó, el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) tiene claro lo que está pasando, y cuenta con el personal adecuado para implementar un proyecto que garantice la conservación del inmueble en el corto plazo.
Recordó que todos los edificios se levantan en superficies lo más homogéneas posibles para no defórmalos, pero esa técnica no la conocían a detalle los antiguos mayas, y no tenían la experiencia de lo que iba a suceder en periodos tan largos, “pero el Templo no se está hundiendo, se está asentando”.
Además, aunque no es perceptible para los visitantes, ese inmueble no se construyó sobre el suelo directamente, más bien sobre una gran plataforma de 180 metros de largo por 60 de ancho, que fue hecha con piedras de distintos tamaños.
“Esa plataforma no está construida toda igual, eso hemos estado descubriendo… en algunos lugares los constructores prehispánicos aprovecharon el afloramiento de roca caliza, y en otras rellenaron oquedades”, abundó Vit Suzan.
Durante todo este año, especialistas del INAH realizaron estudios sobre la situación del Templo de las Siete Muñecas, que incluyeron escanearlo para producir un modelo tridimensional que generó planos de sus secciones, fachadas y plantas, para conocer sus características.
También se hicieron monitoreos de cómo se está “moviendo”, detectando que el asentamiento gradual provoca que tenga desplazamientos de algunos milímetros, “por lo que el edificio se está colocando, es un fenómeno normal”.
El investigador declaró que estos estudios preliminares permitirán desarrollar un proyecto de conservación del Templo, que deberá empezar a ejecutarse el próximo año, pero, aclaró, es difícil saber cuántos recursos se invertirán.
Agregó que este proyecto requerirá bastantes temporadas, “ya que no es algo que se pueda hacer rápidamente, tiene que ser pausadamente, de abajo hacia arriba”. Tampoco se sabe qué material colocarían en el subsuelo, pues se requiere de la participación de ingenieros civiles expertos en el mejoramiento de suelos.
El INAH le brindará los datos e información pertinente a esos especialistas, para que calculen la masa de piedra que deberá recibir el edificio, cuáles serán los espacios que se tienen que mejorar, y determinar cuál será la mejor técnica para resolverlo.
El director de Dzibilchaltún recordó que desde hace dos años –cuando se detectó que el edificio podría estar en riesgo con la visita masiva de personas-, está prohibido que la gente se suba. Dijo que una vez que concluya el proyecto de restauración y conozcan el comportamiento del Templo, se valorará que de nueva cuenta los turistas puedan escalarlo. (Herbeth Escalante)