En general están mal o poco focalizados y por eso benefician a sectores más ricos, dice.
México, 21 de enero de 2014.- Al margen de los impactos ambientales y las distorsiones fiscales que su existencia implica, los subsidios a las gasolinas en México «inciden de manera regresiva en la distribución del ingreso», afirma el estudio Panorama fiscal 2014, presentado ayer en el 26 seminario regional de política fiscal de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal).
El organismo plantea que «una característica de estos instrumentos que no debe soslayarse es el hecho de que por lo general están mal o poco focalizados, y tienden a ser muy favorables a los sectores de mayores ingresos, en cuyos hogares se concentran» los beneficios.
Para el organismo México «representa un caso paradigmático en la región», debido a que 75 por ciento del subsidio a las gasolinas se concentra y distribuye entre 40 por ciento de la población más rica; mientras sólo 12.5 por ciento de los beneficios llega a 40 por ciento de la población de menores ingresos, incluido un 4 por ciento que favorece al 20 por ciento más pobre de sus habitantes.
Explica que el efecto regresivo en la distribución del ingreso a través del subsidio a las gasolinas se concreta mediante el impuesto especial sobre producción y servicios (Ieps), que técnicamente es un gravamen aplicado sobre productos derivados del petróleo, «aunque en los hechos su funcionamiento difiere de las prácticas tradicionales».
Señala la Cepal que el Ieps petrolero aplicado a gasolinas y diesel se calcula a partir de la diferencia entre el precio de venta al público y el precio de referencia internacional de esos productos, con el «objetivo fundamental» de mantener estable el precio interno de los combustibles destinados a los automóviles. «El Ieps es positivo cuando los precios internacionales son relativamente bajos, y negativo cuando se elevan por encima de cierto nivel, dando origen entonces a un subsidio al consumo».
Pero la tendencia al alza en el precio internacional de los combustibles desde 2005 y la mayor amplitud en la diferencia existente entre los precios internos y los internacionales, provocaron que a partir de 2006 la recaudación del Ieps petrolero sea negativa, lo que ha implicado la presencia de un subsidio por este concepto, señala la Cepal.
De esa manera, abunda, el mismo instrumento tributario que en 2003 aportó una recaudación equivalente a 1.2 por ciento del PIB de ese año pasó a transformarse en un subsidio al consumo que alcanzó un máximo de 1.8 por ciento del PIB en 2008.
La Cepal advierte que «la nueva escalada de los precios del petróleo en el mundo ha provocado que el subsidio (a las gasolinas y el diesel) se torne cada vez más insostenible, particularmente porque una proporción creciente de las gasolinas consumidas en México es importada».
La región recauda más impuestos al consumo que países ricos
Los impuestos generales sobre el consumo representaron 33.8 por ciento de los ingresos tributarios de los países de América Latina y el Caribe, un promedio superior al de los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE).
La región ha mostrado un «sólido» crecimiento en la recaudación tributaria en los últimos 20 años, pero se mantiene en niveles inferiores en relación con los ingresos nacionales y en comparación con la mayoría de los países de la OCDE, señala el documento Estadísticas tributarias en América Latina 1990-2012, que fue elaborado por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe, el Centro Interamericano de Administraciones Tributarias y la propia OCDE.