En Yucatán se reportan 3 casos, según el Sistema Nacional de Seguridad
Ciudad de México, 29 de octubre de 2017.- El Sistema Nacional de Seguridad ha registrado que 10 de los 100 plagios que se reportan mensualmente son autosecuestros de hombres y mujeres de entre 25 y 40 años, que dependen económicamente de sus padres y buscan seguirlo haciendo a través de esta práctica, alertó la titular de la Coordinación Nacional Antisecuestro (Conase), Patricia Bugarín Gutiérrez.
Estadísticas de ese organismo revelan que de enero de 2016 a septiembre de este año se han contabilizado 107 casos de este tipo en el país. Sin contar los que no se denuncian.
Hidalgo ocupa el primer lugar con 17 casos; le siguen Morelos, con 16; Jalisco, 13; Tabasco, 10; Querétaro, nueve; Guerrero, ocho; Chihuahua, siete; Ciudad de México, cuatro; con tres están Quintana Roo, Yucatán, Oaxaca, y Baja California. Estado de México, dos; Aguascalientes, dos; Campeche, Coahuila, Durango, San Luis Potosí y Tamaulipas tiene uno.
La Subprocuraduría Especializada en Investigación de Delincuencia Organizada (SEIDO) de la Procuraduría General de la República ha atendido dos casos en el periodo señalado.
Bugarín Gutiérrez afirmó que es un fenómeno que empieza a impactar a las unidades antisecuestro de las entidades, por que realizan acciones operativas como si se tratara de un plagio real.
“Nos empezó a llamar la atención como fenómeno toda vez que veíamos una constante en diferentes estados cuando, luego de hacer una investigación exactamente igual, con la misma carga de trabajo para investigar, se concluyera que no se trataba de un secuestro propiamente, sino que era un autosecuestro, es decir una simulación”, expuso.
La funcionaria enfatizó que cada vez más, los jóvenes recurren a esta práctica con amigos o sujetos contratados por ellos, para obtener dinero de sus padres o de sus abuelos, ya que buscan seguir siendo dependientes económicamente.
“En su mayoría son hombres de entre 25 y hasta 40 años, que dependen de sus padres o abuelos, incluso formaron sus familias, pero siguen con dependencia y pretenden una suma de dinero mediante el engaño haciéndoles creer que han sido víctimas de un grupo delictivo”, detalló.
Ante esta situación, Bugarín Gutiérrez planteó a los legisladores endurecer las sanciones contra las personas que fingen un secuestro, porque actualmente esta conducta se castiga únicamente con trabajo comunitario.
“Me parece que el tipo penal tiene que ser revisado, vale la pena endurecerlo porque es muy poca la sanción, el legislador tomó en consideración que se trataba de familia, pero eso es algo que no está siendo tomado en cuenta por las personas que llevan a cabo esa clase de conducta”, dijo.
Al contrario, subrayó la titular de la Conase, la persona que comete autosecuestro se está sintiendo lo suficientemente cómoda para, sin tener miedo a la sanción causarle un daño a quienes les debería guardar respeto y cariño.
“Normalmente lo hacen pidiéndoles sumas de dinero al padre o a la madre y en ocasiones hasta personas que son adultos mayores, que están haciendo uso de un recurso económico muchas veces muy pequeño que constituye su único patrimonio. Entonces se está quedando sin sancionar una conducta que es mayormente ofensiva para la propia sociedad”, refirió.
Bugarín Gutiérrez consideró que el autosecuestro es una conducta de tipo sociológico, que debe ser atendida por autoridades federales y locales a través de la prevención y orientación.
“Son muchos los factores en los que tenemos que trabajar porque lo llevan a cabo personas que no han salido del núcleo familiar, se llegan a dar casos en que son menores, pero generalmente son personas adultas que todavía dependen de los padres o de la familia y el lugar de dónde pretenden obtener dinero ilícito es del mismo vínculo social”, afirmó.
Aseguró que “hemos avanzado mucho y ha sido valioso el contacto y el conocimiento de la ciudadanía de que pueden acudir a una autoridad, cada estado cuenta con una unidad especializada contra el secuestro, en estados que son de gran extensión territorial, como Tamaulipas, no sólo tienen una sede, sino, también cuentan y requieren de subsedes en diferentes lugares para erradicar”. (El Universal)