Acusó a los republicanos de seguir bloqueando una iniciativa de ley que apoya la mayoría en Estados Unidos.
WASHINGTON, 14 de mayo de 2014.— En lo que se ha convertido en una desesperanzada lucha a favor de una reforma migratoria, el presidente Barack Obama reconoció ayer que la “ventana de oportunidad” para aprobar una reforma migratoria se ha reducido a 2 o 3 meses y acusó a los republicanos de seguir bloqueando una iniciativa de ley que apoya la mayoría en Estados Unidos.
Obama aseguró que “más del 80%” de la población indocumentada lleva más de 10 años en el país y no representan una amenaza o un problema. “Son parte de nuestra fábrica social y de nuestras comunidades. Sus hijos van con nuestros hijos a la escuela. Y la mayoría no causa problemas”, dijo el presidente a líderes policiales de EU que insisten en la necesidad de terminar con el ambiente de persecución contra la comunidad migrante.
El presidente intentó apretar el acelerador de actos y movilizaciones a favor de una reforma migratoria antes de las elecciones legislativas de medio término en noviembre próximo. “Mientras más cerca de las elecciones nos encontremos, más difícil será conseguir su aprobación”, advirtió.
Además, el llamado del presidente a favor de una acción pronta tiene como fin contrarrestar la imagen de “deportador en jefe” que le han encasquetado un nutrido grupo de organizaciones defensoras de la comunidad migrante que le acusan de no haber hecho lo suficiente por aliviar la situación de millones de personas que hoy viven presas de la zozobra o en medio de dramas de separación familiar.
“El sistema de inmigración que tenemos en este momento hace que sea más difícil, no más fácil, para los organismos de aplicación de la ley para hacer su trabajo”, advirtió Obama. “Hoy, grandes segmentos de la comunidad tienen miedo de denunciar los crímenes o servir como testigos porque temen las consecuencias para sí mismos, para sus familias. El sistema no es justo, dijo.
“No es justo para los trabajadores, no es justo para las empresas que están tratando de hacer lo correcto; no es justo para las fuerzas del orden que ya no dan abasto”, añadió el presidente en alusión a los problemas que han traído consigo programas de colaboración que han convertido a las fuerzas policiales de distintos Estados en una extensión de la Patrulla Fronteriza.
La buena noticia, prosiguió Obama, es que hay una iniciativa de ley bipartidista aprobada por el Senado en junio del año pasado que no sólo arreglaría un sistema migratorio que esta roto, sino que reforzaría la seguridad fronteriza, allanaría una vía a la legalidad y ciudadanía a millones y permitiría que los cuerpos policiales se concentren en su principal objetivo de combatir al crimen organizado.
Ante este panorama, Obama manifestó su esperanza de que el líder de la mayoría republicana en la Cámara de Representantes, John Boehner, consiga convencer a un mayor número de sus correligionarios para aprobar la ley migratoria. Sin embargo, el propio Boehner reconoció el pasado lunes ante miembros de la Cámara de Comercio de San Antonio, Texas, que seguía enfrentando enormes resistencias desde el seno de su partido. (El Universal)