Moscú pretende reequilibrar su mercado energético hacia Asia, luego de las sanciones en su contra por el conflicto en Ucrania; estará listo en 2018.
EKÍN, 1 de septiembre.- China y Rusia inauguraron la construcción de un gasoducto al este de Siberia en virtud del acuerdo que ambos países firmaron el pasado mayo, por el que el segundo suministrará a la potencia asiática hasta 38 mil millones de metros cúbicos de gas natural anualmente a partir de 2018 y en los siguientes 30 años.
«Hoy lanzamos el mayor proyecto de construcción del mundo», dijo el presidente ruso Vladimir Putin en la inauguración en las afueras de la ciudad siberiana de Yakutsk de este gasoducto que tendrá casi 4 mil kilómetros.
«Pero no se trata de batir récords sino de un proyecto de gran importancia para la Federación Rusa y para la República Popular de China», añadió.
Según publica hoy la agencia oficial Xinhua, el viceprimer ministro chino, Zhang Gaoli, voló el domingo a Yakutsk (capital de la República de Sajá, en Siberia oriental) para asistir a la ceremonia de inauguración de la construcción en la parte rusa.
Así, el gasoducto oriental, llamado ‘La Fuerza de Siberia’, unirá los campos de gas siberianos de Kovytikin y Chayandin con la ciudad oriental portuaria rusa de Vladivostok, cubriendo una distancia de cerca de 4 mil kilómetros hasta llegar al noreste de China.
Se estima que la inversión total del proyecto superará los 5 mil millones de dólares, dice Xinhua, que añade que la asistencia de Zhang refleja la importancia que el Gobierno chino otorga a la cooperación estratégica con Rusia y su deseo de expandirla a más áreas y mayores niveles.
Y es que el acuerdo, firmado entre el consorcio ruso Gazprom y la Corporación Nacional de Petróleo de China (CNPC) por un valor de 400 mil millones de dólares a finales de mayo, fue un paso histórico después de alrededor de una década de negociaciones entre ambos países.
Sellado durante una visita del presidente ruso, Vladimir Putin, a Shanghai, el fin de las negociaciones se interpretó como una señal de la urgencia de Moscú por buscar nuevos compradores de gas tras las sanciones impuestas en su contra por parte de la Unión Europea (UE) y Estados Unidos debido a su actuación en Ucrania.
El suministro supondrá un cambio importante para las provincias del noreste de China, las principales beneficiarias del acuerdo, según los expertos, ya que el gas será transportado por la misma ruta geográfica por la que Moscú ya exporta petróleo a esa zona de la segunda economía mundial.
Así se decidió en un memorándum que ambas naciones firmaron en marzo de 2013, después de que Pekín rechazara el plan anterior de importar gas a través de la región nororiental de Xinjiang, ya que, en ese caso, Gazprom le exigía precios europeos.
El viceprimer ministro chino, que subrayó, apunta hoy Xinhua, que el gasoducto es una prueba de que «las relaciones chino-rusas llegan a un nuevo nivel», copresidió el sábado el undécimo encuentro de la Comisión de Cooperación de Energía China-Rusia con el viceprimer ministro ruso, Arkady Dvorkovich. (Excelsior)