El luchador Octagón tiene una academia en la que impulsa actividades que alejan a la niñez del sedentarismo
Ciudad de México, 30 de abril de 2016.- Las clases de lucha libre de Octagón despiertan muchos sentimientos en un niño como la ilusión por estar cerca de su ídolo o el gusto por la lucha libre, pero el que el luchador quiere promover es el gusto por la actividad física.
Octagón, en compañía de su vástago, El hijo del amo de los ocho ángulos, da clase de lucha libre a niños de diferentes edades, en un gimnasio al sur de la Ciudad de México.
“Los niños de ahora se la pasan con la tablet. Se han olvidado de jugar con la pelota, es una infancia muy diferente a la que nosotros vivimos. El problema es que ya tampoco conviven entre ellos; la actividad física también fomenta eso que entre ellos hablen, que sean más sociables”, dijo el luchador con más de 30 años de experiencia.
Las clases no tienen como finalidad que el niño se convierta en luchador profesional, pero sí que se identifiquen con este deporte.
“Aquí el principal objetivo es que se diviertan, que hagan ejercicio y puedan encontrarle el gozo a esto. La principal ventaja es que el niño nos conoce y la llama mucho la atención vernos con la máscara, y hace que la lucha le guste mucho”, dice Octagón.
A diferencia de los niños con los que entrena, el luchador veracruzano nunca tuvo la oportunidad de convivir con sus ídolos de la lucha libre en su infancia. Ahora él aprovecha la oportunidad de que lo conozcan los jóvenes que disfrutan de su deporte.
“Antes era diferente, el luchador llegaba, luchaba y se iba. No había esa cultura de dar un autógrafo, de tomarse la fotografía, como ahora. Yo estoy muy agradecido con esta bonita carrera que he tenido en la lucha libre, y creo que ésta es una forma de regresar un poquito de todo lo que me ha dado esta actividad”, comentó.
En su niñez, Octagón tuvo el deseo de ser futbolista profesional antes que luchador, un anhelo que, dice, estuvo muy cerca de concretar.
“De chamaco juraba que iba a ser un deportista famoso, pero futbolista, no luchador. Me probaron aquí en el América, yo ya me había quedado, pero no me dejaron venir hasta que terminara de estudiar, y después se dio la oportunidad con la lucha. Creo que eso puede pasar con estos niños, que se acercan al deporte por la lucha libre, para luego practicar otro deporte, o no sólo deporte”, dijo.
De momento las clases se imparten de manera informal, pero será en el verano cuando se ofrezcan con horarios definidos. (Excélsior)