El costo del crédito al consumo aumentó 85% en los últimos cinco años, de manera que en 2013 los pagos a instituciones bancarias y no bancarias por concepto de intereses, comisiones y amortizaciones sumaron 309 mil millones de pesos, de acuerdo con un estudio de BBVA Research.
México, DF. 23 de julio de 2014.– En los últimos cinco años, el costo del crédito al consumo registró un aumento de 85%, con lo cual los pagos a instituciones bancarias y no bancarias por concepto de intereses, comisiones y amortizaciones sumaron 309 mil millones de pesos, y la mayor parte corresponde a los créditos personales y de nómina, reveló un estudio de BBVA Research.
El informe también destaca que las familias más pobres destinan más recursos al pago de deudas, por lo que aquellas con ingresos menores a 3 mil 500 pesos trimestrales (el primer decil de la población) tienen un gasto de 5.4 veces de su ingreso proveniente de sueldos y rentas, mientras en el décimo (ingresos mayores a 120 mil trimestrales), la proporción es de 0.8%.
De acuerdo con el análisis Situación Banca 2014 de BBVA, de los 309 mil mdp, 43% correspondió a créditos no revolventes, seguidos de los no bancarios con 29%, y las tarjetas de crédito con 28%.
En el caso de los plásticos bancarios, el pago por este concepto ha bajado en los últimos 5 años, pues en 2009 se ubicaba en proporción de 55%, lo cual se explica por el incremento en clientes “totaleros”, es decir aquellos que cubren cada mes el total de sus compras y que no generan intereses.
De acuerdo con la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV), de enero a mayo de 2014, las comisiones y tarifas cobradas por los bancos ascendieron a 33 mil 413 mdp, de las cuales 28.3% fueron de tarjeta de crédito.
Alejandra Palacios, comisionada presidente de la Comisión Federal de Competencia Económica, comentó recientemente que, “las comisiones que cobran los bancos en el uso de los medios de pago como tarjetas se perciben como muy altas, y no se justifica, ya que el rendimiento de estos productos es mayor que los gastos de operación y riesgo en que incurren”.
Ello significa que los hogares menos favorecidos gastan más de lo que reciben, ya que sus deudas son por medios informales, más costosos que el sector formal.