Los cancilleres de ambos países, en reunión con sus pares de Alemania y Francia, se comprometen a trabajar conjuntamente para distender del conflicto.
BERLÍN, 2 de julio de 2014.- Los ministros de Exteriores de Rusia, Sergei Lavrov, y de Ucrania, Pavlo Klimkin, se comprometieron hoy en Berlín a trabajar conjuntamente para lograr una distensión del conflicto ucraniano y alcanzar un alto al fuego ‘duradero’ que respeten todas las partes implicadas.
«Hemos conseguido este acuerdo ante la situación explosiva que se vive en Ucrania», afirmó el jefe de la diplomacia alemana, Frank-Walter Steinmeier, en presencia de sus homólogos ruso y ucraniano, así como del francés Laurent Fabius, tras la reunión mantenida a iniciativa del Gobierno de Berlín.
Hasta que se materialice esa tregua «será preciso dar muchos pasos aún», añadió el titular alemán, mientras Lavrov destacaba los «dramáticos acontecimientos ocurridos» en los dos últimos días, en alusión a la ofensiva emprendida por Ucrania en el sureste del país.
En su comparecencia conjunta ante los medios, los cuatro ministros insistieron en hablar de «compromiso» y un «principio de acuerdo», así como en la necesidad de emprender un diálogo, aunque sin concretar los términos en que se proponen lograrlo.
Rusia se compromete, por su parte, a «contribuir» al establecimiento de controles fronterizos con la parte ucraniana, siempre y cuando se haya establecido y verificado un cese de las hostilidades.
Las labores de verificación y vigilancia del alto al fuego quedarán a cargo de la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE), aunque también está por aclarar en qué términos tendrá lugar esa función.
La reunión en Berlín entre los cuatro ministros se celebró a iniciativa de Steinmeier, después de que Kiev diera por terminado el alto al fuego mantenido de forma unilateral durante diez días y reanudara una gran ofensiva contra los separatistas prorrusos.
Tanto Lavrov como Klimkin lamentaron la nueva escalada de violencia desatada los últimos días, mientras Steinmeier apremiaba a las partes enfrentadas a mantener el «diálogo constructivo» logrado en esa primera cita en Berlín para conseguir que «esos buenos propósitos se plasmen en realidades duraderas y sólidas». (Excélsior)