La Selección Mexicana generó opciones de gol, aunque más por empuje que por su buen futbol. Miguel Herrera tiene mucho por detallar.
CIUDAD DE MÉXICO, 6 de marzo de 2014.- El Tricolor es un equipo amorfo que aún no refleja lo que pretende Miguel Herrera. El técnico espera que se desenvuelvan como su exequipo el América y que sea igual de rico en variantes; para lograrlo utiliza su mismo esquema, aunque sus elementos, sobre todo los que vienen de Europa, tienen mucho qué trabajar junto a él antes de entender su idea. El ensayo ante Nigeria, con empate de 0-0, lo puso en evidencia.
Distinto al amistoso frente a Corea del Sur de enero pasado, el partido ante el representativo africano resultó enriquecedor para el Piojo Herrera, sobre todo en la primera mitad. Las Águilas Verdes son generosas en su juego ofensivo, poderosas en el aspecto físico, pero también más sólidas al momento de defender. Eso ayudó a que el Tri se empleara a fondo, y al estratega a empezar a darse cuenta de quiénes puede prescindir en Brasil.
Basado en su músculo, el equipo nigeriano metió en aprietos al equipo nacional durante un lapso de 20 minutos, en el que sólo necesitó que sus elementos encontraran jugadas en el mano a mano. Cuando las tuvo desnudó la lentitud de la zaga mexicana y pudo inquietar a Guillermo Ochoa en dos ocasiones.
En la primera, Emmanuel Emenike se llevó por velocidad a Rafael Márquez para sacar un tiro potente directo al cuerpo de Ochoa, y en la segunda Víctor Moses acarreó el balón desde el medio campo hasta llegar cerca del área grande desde donde sacó un riflazo que apenas se fue desviado. A Nigeria le faltó poco para tomar la ventaja.
México apareció hasta el minuto 25, aunque no lo hizo en una
acción, bien tejida, fue en un cobro de tiro de esquina. El Negro Medina mandó un gran centro que Rafa Márquez remató con potencia, aunque el portero Vincent Enyeama desvió su testarazo.
A pesar de no haber sido gol, la acción resultó un impulso que ayudó a los mexicanos a sacudirse los nervios. Empujaron a su rival, aunque más con el corazón que con un buen juego. Con la inyección de ánimo antes de que llegara el medio tiempo, incluso, Oribe Peralta tuvo una más con un tiro de volea que se fue por un lado.
En la complementaria comenzó el carrusel de cambios en ambas selecciones, lo que derivó en un encuentro anárquico, en el que las emociones que se dieron fueron más por los errores que al ingenio de los equipos. Los nigerianos decidieron replegarse en su parte baja, esperaron a un contragolpe y el Tricolor se hizo del control del partido, aunque sin una idea bien definida.
En la única jugada mexicana bien tejida, Raúl Jiménez remató mal un buen centro que le dio Andrés Guardado. Antes, Alan Pulido había embarrado el cuero en el cuerpo de Austin Ejide, tras encontrarse un rebote. Por más que lo intentó, Herrera no encontró una solución.
Herrera se muestra conforme
El partido que realizó la Selección Nacional ante su similar de Nigeria dejó satisfecho al técnico Miguel Herrera, sobre todo por el empeño que demostraron los jugadores que vienen de Europa.
Hay más competencia. Hoy (ayer) me dejó un grato sabor de boca el juego de los que participan en Europa, y me voy con más dudas de las buenas, de saber que cuento con un grupo más amplio. Iremos descartando gente conforme avance el tiempo”, comentó Herrera.
A pesar del poco tiempo de preparación que tuvo con su plantel completo, al parecer de Herrera, sus elementos hicieron un trabajo adecuado. “Hicieron lo mejor posible”, afirmó.
El estratega afirmó que le falta un partido más para definir a los 23 mundialistas. (Excélsior)