Los alumnos hablaron de todos los sacrificios que han hecho a fin de conseguir su metas; impulsarán su propia empresa de robots espaciales
cuentan con un laboratorio fijo en las instalaciones de la UNAM nireciben dinero, pero ello no ha sido obstáculo para mantener sus sueños y haber desarrollado un robot espacial que fue premiado por laNASA.
Los 10 jóvenes que conforman UNAM Space se han aferrado a sus proyectos desde hace cuatro años, y en una tercera competencia internacional lograron elPremio Hans von Mulau por el mejor trabajo en equipo en la Sample Return Robot Challenge 2016.
Este concurso se basó en el desarrollo de prototipos de máquinas exploradoras para la superficie de Marte, convocada por la Administración Nacional de Aeronáutica y del Espacio (NASA, por sus siglas en inglés), de Estados Unidos, y el Instituto Politécnico de Worcester.
Así, demostraron que no hace falta un laboratorio de primer mundo para aterrizar el talento, como con el robot Rover, que puede encontrar y recolectar, de forma autónoma y en un campo desconocido, muestras para su posterior análisis, las cuales son tareas similares a las que realiza el Curiosity.
Sin embargo, el premio que obtuvieron los alumnos de laUNAM y el IPN no es asunto de buena suerte. Hay un trabajo detrás de cuatro años, en los que han sacrificado fiestas, compromisos familiares y vida amorosa, puntualizaron Ana Buenrostro, Juan Carlos Mariscal, Érick Gutiérrez, Genaro Marcos, Bryan Pérez, Luis Gerardo Gutiérrez, Yessica Reyes, César Augusto Serrano, Luis Eduardo Solís y Luis Ángel Castellanos.
«Muchos de nosotros estábamos casi diario en el laboratorio trabajando, inclusive fines de semana aquí en la universidad, sacrificando compromisos familiares, con amigos, exámenes, muchos de nosotros hemos sacrificado materias, pero yo creo que al final es la pasión la que nos mueve y demostrar que sí se puede”, afirmó Ana Buenrostro.
Los 10 estudiantes contaron que fue gracias a su trabajo en equipo y respetando sus propias especialidades que han podido concretar tres diferentes robots, de los cuales, Rover les dio el premio de especialistas de la NASA y que hoy les servirá para impulsar la construcción de su propia empresa en la que desarrollarán robots espaciales.
Luis Gerardo Gutiérrez relató que el primer robot les falló, pero eso en realidad sirvió para hacer otro más eficiente y con menos recursos, ya que reciclaron material del anterior.
Sobre el espacio donde han trabajado, comentaron que han adaptado sus estacionamientos para tener su laboratorio, pues sólo para el concurso la UNAM les prestó un lugar, el cual ya tuvieron que entregar, y aunquehan solicitado varias veces un aula para trabajar, “la burocracia nos lo ha impedido”, comentó Érick Gutiérrez, y “hasta ahorita no hemos tenido la fortuna de tener un lugar”, añadió Luis Gerardo.
A pesar de ello, no se han detenido ni ha sido un pretexto para desistir en sus retos y “es ahí donde t e n e m o s q u e poner de nuestra parte, dar de nuestro dinero, dar nuestras casas, el clásico proyecto estudiantil en un garaje o en una azotea y eso representa lo que es la UNAM, que lucha por donde sea, con lo que tenga”, apuntó Luis Ángel.
De esta manera, orgullosos de su trabajo, concluyeron que el talento se puede traducir en éxito cuando se tiene un sueño, porque “soñar es una parte, la dedicación es vivir para ese sueño, pero la disciplina te va a dar realmente que ese sueño llegue a ser realidad”, subrayó Luis Eduardo. (Excélsior)