La revista que dirige Enrique Krauze apuesta por la inclusión de nuevas generaciones, con lo que busca conquistar otros nichos en la era digital.
México, 04 de febrero de 2014.- En agosto de 1991, Enrique Krauze recibió una carta de Octavio Paz en la que reflexionaba sobre el futuro de la revista Vuelta y le preguntaba si debían prolongar su existencia, a pesar de haber cumplido esencialmente con sus propósitos. La sugerencia del poeta fue contundente: crear otra con nuevas ideas y objetivos distintos, dirigida por el propio Krauze.
Pese a la sugerencia, Vuelta, nacida en 1976, siguió siete años más. Con la muerte de Paz, en 1998, el equipo se planteó la posibilidad de continuar, pero se dieron cuenta de que no era una opción porque la lucha por la democracia, la defensa de la poesía y la batalla contra los totalitarismos, banderas de la publicación, habían cambiado para cuando murió el poeta y Nobel de Literatura.
Y es que una revista, dice Fernando García Ramírez, consejero editorial que formó parte de Vuelta durante sus últimos años, se divide por dos cosas: el núcleo de sus colaboradores y la coyuntura en la que se desarrolla. Así, las luchas en 1999, debían ser otras porque el mundo era otro. “Nos propusimos ser entonces los herederos de Vuelta, en el sentido de buscar los mismos valores”, dice.
En 1999 nació Letras Libres con el deseo de tener una personalidad propia. En la búsqueda por una identidad se decantaron por la lucha contra el fundamentalismo, la consolidación de los valores democráticos, la lucha por los valores liberales como la libertad de expresión y la libertad política, y la crítica. El primer número lo dedicaron a hacer una revisión analítica del Zapatismo, que cumplía cinco años.
La crítica, dice José de la Colina, quien fue secretario de redacción de Vuelta y ahora colaborador de Letras Libres, de la que también fue fundador, se volvió fundamental porque “no criticar el mundo, nos hace cómplices del engaño”.
Los colaboradores de Vuelta continuaron en Letras Libres, pero otros cambiaron y poco a poco se sumó una nueva generación. “Pensamos que debía haber un diálogo entre tres generaciones. Nuestros autores consagrados, los autores que siguieron y finalmente los jóvenes, por eso contamos con prácticamente un nuevo equipo de ensayistas, críticos, con una visión completamente distinta del mundo”, dice García Ramírez.
Vuelta duró 21 años y colaboraron mil 310 autores; en 15 años, Letras Libres ha publicado a mil 522 autores, 100 de ellos son, dice García Ramírez, “nuevos”. “Nos hemos distinguido por tener una gran pluralidad, caben todas las voces, estamos abiertos a nuevas voces”.
Con Vuelta quisieron tener presencia en Sudamérica, así que lanzaron la revista con sede en Argentina, un proyecto “poco afortunado” que concluyó rápidamente y sólo se lanzaron cuatro números; pero el objetivo de salir de México continuó con Letras Libres. En 2001 fundaron Letras Libres España, que a 13 años, asegura García Ramírez, tiene una gran presencia en ese país.
Si Octavio Paz fue una figura dominante en la revista, Krauze, en cambio, ha permitido la pluralidad, dice García Ramírez. Además, agrega, es Gabriel Zaid la figura moral más importante de Letras Libres. “Su presencia ha sido absolutamente central, no se ve porque no da entrevistas, jamás se ha reunido con ningún político ni ninguna institución. Así que Krauze es nuestro director, una figura pública, pero también tenemos a una especie de director asociado que es Zaid y su presencia es cardenal”, dice.
La revista, asegura el consejero editorial, actualmente opera con números negros, con un número creciente de colaboradores de varios países y con grandes proyectos hacia el futuro.
Hasta ahora sólo una deuda está pendiente, pero ya están tratando de saldarla: el reducido número de mujeres. “Es uno de los lastres muy claros, pero ahora tenemos una nueva etapa, desde hace un año tenemos un equipo que ronda los 30 años en donde hay mujeres y en el Consejo Editorial ya hay 35% de mujeres: Carmen Boullosa, Guadalupe Nettel, Fernanda Solórzano, Malva Flores y Tedi López Mills”, asegura.
Una nueva generación
Patricia Nieto era una niña cuando nació Letras Libres, hoy es la coordinadora editorial. Ella, al igual que el equipo que conforma la redacción, pertenece a una generación que nació con la era digital, que mira de lejos las luchas de los colaboradores más antiguos de la revista, pero que no es ajena a los valores esenciales de la publicación.
Nieto, junto con Pablo Duarte, responsable del sitio web; Eduardo Huchín, a cargo de libros; Fernando del Villar, editor de arte; y Cynthia Ramírez, editora ejecutiva, son, coinciden, prueba de que Letras Libres es, ante todo, una revista plural, abierta a nuevas propuestas, en la que no hay cabida para “grupos”.
“Cuando éramos más jóvenes quizá pensamos que era imposible escribir para una revista en la que están los grandes nombres, pero no es así, las puertas están abiertas a textos de calidad, no importa quién es el autor. Ahora la revista le está tomando el pulso a una generación que está creando, que está haciendo muchas cosas, que está haciendo contenidos de distinta índole. El acento está principalmente en lo literario, pero también está abierto a la no ficción”, cuenta la coordinadora.
La era digital ha acompañado a Letras Libres desde su fundación, por eso contar con jóvenes ha sido esencial para uno de los objetivos: tener más lectores y acercarse a las nuevas generaciones.
Internet les ha permitido contar con una tercera versión de la revista disponible en línea: reúnen la versión mexicana, la española y contenidos exclusivos en Internet. En 1999 la página era muy rudimentaria, ahora ofrecen una serie de herramientas como podcast, que permiten escuchar a los autores leer sus textos o tener acceso a entrevistas.
Asimismo, el deseo de llegar a un mercado más amplio se cumplió porque la página les permitió llegar a un amplio sector de hispanoparlantes, especialmente en Latinoamérica. Cuenta con 450 mil visitantes únicos mensuales, 60% ubicados en México y el resto en países como Ecuador, Chile, Argentina, España. Y llega a su 15 aniversario con una aplicación para iPad.
Pablo Duarte explica que la página web ha evolucionado; ahora se cuenta con una infraestructura que permite ser más creativos, pero desde 2009 han cobrado más fuerza. “Hace tres años el número de usuarios era de 150 mil, el crecimiento ha ido en ascenso no sólo porque ahora hay más gente con acceso a Internet, sino también porque hemos fomentado la interacción con los lectores. En Twitter tenemos poco más de 370 mil seguidores, en Facebook más de 70 mil fans”, explica.
La aplicación de iPad, en tres meses, registró más de 8 mil descargas, un logro que se convierte en desafío, dice Cynthia Ramírez, pues significa que los lectores están buscando contenidos y una estética más “amigable”.
Letras Libres ha roto esquemas en términos de diseño, indica Fernando del Villar, editor de arte. La ilustración ha sido la gran apuesta. “Hemos creado ilustraciones animadas, estamos experimentando y así llegamos a los 15 años”.
Así, Letras Libres llega a sus 15 años con identidad propia, consciente de sus deudas y con la mira en el futuro, pero sobre todo, abierta. “No se puede hablar de que somos un grupo, eso implica tener un dictador y no lo tenemos, tenemos un jefe que abre la revista a personas que coincidimos en general en cuanto a una idea de la cultura, porque escribir de política es también escribir sobre cultura”, dice De la Colina. (El Universal)