La realidad dicha por directores de hospitales federales ante diputados locales habla de la inminente y cruda realidad de que en unos días más -de acuerdo al ritmo de contagios que está ocurriendo- la estructura hospitalaria estará saturada, lo que aumentará el peligro de que esta pandemia se salga de control.
Pese a la ley seca y el semáforo naranja así como la limitación para circular hasta las 10:30 de la noche, la gente parece estar siendo descuidada ya que los contagios no bajan de 180 a 200 diarios y el lamentable número de fallecimientos sería suficiente para alarmar a cualquiera.
Una constante y latente posibilidad será frenar nuevamente y de tajo la actividad comercial y económica para dar un «respiro» en los porcentajes de contagio y demorar la saturación hospitalaria.
Las presiones están a la orden del día pero hasta donde se sabe y se ha dicho, la salud es primero así que el Semáforo rojo ahí esta, pendiente y vigente para aplicar.
No hay «curvas» ni rectas finales en esta pandemia, lo real y verdadero es cuidarse al máximo y no creer que en Yucatán «estamos de vacaciones».
Desde el Balcón