El gasto por habitante para contener el flagelo, de los más altos del mundo, según el IEP.
México, DF. 19 de junio de 2014.– La violencia asociada a la actividad de grupos organizados de delincuentes no muestra signos de disminuir. Es la evaluación que hace el Instituto de Economía y Paz (IEP), que publicó este miércoles un reporte en el que asegura que el costo económico de contener y hacer frente a la violencia alcanzó el año pasado el equivalente a 173 mil millones de dólares, prácticamente una décima parte del valor de la economía mexicana. Visto de otra forma, mil 430 dólares, unos 19 mil pesos, por cada uno de los habitantes del pais, niños incluidos.
El gasto por habitante para la contención de la violencia en México es uno de los más altos del mundo, medido en dólares de paridad de poder de compra de 2013 para hacerlo comparable entre todos los países. Con mil 430 dólares por habitante es mayor al de Irak, donde es de mil 350 dólares; al de Siria, de mil 160; Libia, mil 280; y Botsuana, de mil 425 dólares por persona, de acuerdo con el informe.
«Los niveles de paz dentro del territorio mexicano son bastante bajos, caracterizados por la intensificación de la respuesta militar en respuesta al conflicto del tráfico de drogas, que es única entre los estados de América Latina», señaló el IEP en su Índice de la paz mundial 2014, publicado este miércoles.
En términos comparativos, los 173 mil millones de dólares que cuesta a México contener la violencia, suma que equivale a 9.4 por ciento del producto interno bruto, según cálculo del IEP, multiplica por 2.3 el saldo de la deuda externa del gobierno federal, que en abril pasado alcanzó 73 mil 509 millones de dólares, de acuerdo con datos de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público.
Anulada, tendencia de 60 años
Así, el gasto en que incurren particulares y gobierno para contener y combatir la violencia en el país, en términos comparativos, representa casi el doble del valor de la producción agropecuaria en México, que equivale a 5 por ciento del PIB.
México ocupa el puesto 138 de 162 naciones en el referido índice publicado ayer en Londres, Inglaterra. El país registró un «deterioro leve» y, en relación con la evaluación previa, descendió tres puestos, añadió el reporte.
El costo de contención de la violencia, que refleja la posición de un país en el índice, es obtenido en función de 13 diferentes tipos de gastos relacionados con la violencia: número de muertes por conflicto interno, número de muertes por conflicto externo, crímenes violentos, gasto de las fuerzas armadas, número de refugiados, apátridas y desplazados; número de homicidios, número de agentes de la seguridad interna y policías; escala de media de la población encarcelada, fuerzas de seguridad privada, costos de terrorismo, costo económico del conflicto en la economía, costos asociados con el miedo a la violencia y el costo de financiar misiones de paz, según la metodología del IEP.
El gasto de contención de la violencia es definido por el IEP como «la actividad económica relacionada con las consecuencias o la prevención de la violencia donde la violencia se dirige contra personas o la propiedad». Incluye tanto los costos directos e indirectos y cubre el costo de la prevención. Los primeros abarcan la protección y las consecuencias, como gastos médicos o pérdida de salarios por lesiones relacionadas con la violencia. Los indirectos comprenden cosas como pérdida de capital humano cuando alguien es desplazado por la violencia.
En el caso de México, señala el reporte, la relación con los vecinos ha sido en general positiva desde los años de 1930 y el país no afronta disputas territoriales. Como consecuencia, la militarización es relativamente baja. El gasto militar no superó 0.6 por ciento del PIB en 2013, mientras que en Colombia, por comparación, fue de 3.4 por ciento de su producto interno bruto.
«Sin embargo, México ha sufrido de un crecimiento de la violencia relacionada con el tráfico de drogas desde que el gobierno (entonces encabezado por el ex presidente Felipe Calderón) lanzó en 2006 operaciones contra los más poderosos cárteles de la droga. Esto ha llevado a un fuerte incremento de la criminalidad como resultado de una subsecuente ramificación de estas organizaciones delictivas a otras actividades adicionales al tráfico de drogas, como el secuestro y la extorsión».
Globalmente, dice el reporte el IEP, la actividad terrorista, el número de conflictos combatidos, el número de refugiados y las personas desplazadas fueron los principales factores que influyeron en el continuo deterioro en la paz global en 2014.
De esta forma, se confirma una tendencia al deterioro de la paz, gradual, pero significativa a lo largo de los últimos siete años, que anula una tendencia de 60 años de paz global desde el final de la Segunda Guerra Mundial.
El impacto económico de contener y tratar las consecuencias de la violencia global el año pasado se estimó en 9.8 billones (millones de millones) de dólares. Esta cantidad, que multiplica por seis el valor de la economía mexicana, equivale a 11.3 por ciento del PIB mundial, es decir, el doble del monto de los 54 países que conforman la economía africana, consignó el reporte.
«Muchos factores han impulsado el deterioro en la paz en los últimos siete años, incluyendo las repercusiones económicas continuas de la crisis financiera global, las consecuencias de la Primavera Árabe y la propagación del terrorismo. Dado que es probable que estos efectos continúen en el futuro cercano, es improbable un repunte fuerte en la paz», según un comentario de Steve Killelea, fundador y presidente ejecutivo del IEP que acompaña el informe. (La Jornada)