La escuadra gala se topa ante el guardameta ecuatoriano Domínguez y mancha su paso perfecto por el Mundial; su siguiente rival será Nigeria.
RÍO DE JANEIRO, 26 de junio de 2014.- Francia es un equipo bullicioso que disparó 13 veces al arco y perdió la fineza que había mostrado en los partidos anteriores. Karim Benzema, que se había enchufado desde el inicio del torneo, desaprovechó sendas oportunidades y dejó que Ecuador, un equipo sin gracia, pusiera algo de drama al final.
Un empate a cero se saldó en el Maracaná, en un juego que sólo tuvo vibraciones en su último tramo. Francia pasó como primero de grupo y enfrentará a Nigeria en octavos de final. Ecuador fue bajado por Suiza y acabó con el sueño sudamericano de incluir a todos sus participantes en la segunda fase.
Fue una jornada diferente para los franceses. Didier Deschamps tocó el dibujo táctico e hizo cambios para dar rotación. El equipo de igual forma caminó, porque no tenía exigencia enfrente. Seguían bajo una misma línea ofensiva, pero las condiciones no le eran del todo favorables. Aun así, Francia mantuvo a raya a los ecuatorianos, victimizados desde que les llegó la noticia, antes de los 10 minutos, de que Suiza ya ganaba a Honduras y que se quedaban fuera del Mundial. Mala sintonía. Restaban casi 80 minutos de tedio sudamericano.
Ecuador se mostró inexpresivo y callado. Sus virtudes de velocidad jamás se vieron reflejadas, antes bien se acondicionó para perseguir el esférico que Francia movía apenas con indeseable actitud. Iba por un lado de la cancha y por el otro, a ratos ponían la pierna fuerte y la boya a seguir era Benzema. Al detener titánicamente al delantero del Real Madrid, gran parte del trabajo estaría hecho, pensaron los ecuatorianos. Para ese momento, poco antes del descanso, el portero Alexander Domínguez ya había ensuciado el uniforme con dos lances. Se convertiría en el hombre del partido, porque salvó cuatro opciones claras de gol.
Cuando Ecuador entendió que un triunfo suyo podía cambiar las cosas, creyó haberle perdido el respeto a Francia, pero entonces un codazo de Antonio Valencia echó por tierra las esperanzas. Con diez hombres y a contra reloj, le salió el espíritu guerrero a los ecuatorianos. Fueron por el partido con lo que les restaba de fuerzas, pero sin la musculatura para mover la adversidad.
Un disparo de Enner Valencia, de los mejores en el campo, abrió la caja de pandora. Desatados los demonios, el juego se agitó de un lado a otro de la cancha. Ecuador resistía e intentaba atacar con 10 hombres al contragolpe. El error de Antonio Valencia pesaría mucho en el partido, no sólo por su experimentada ausencia, sino porque ya había espacios suficientes para ver esas carreras que pega en el Manchester United.
Francia, sin tanta dulzura, también puso el pecho. Atacó con algo de estigma, pero erró en el momento exacto. La entrada de Oliver Giroud y Loic Remy impulsó un poco más el juego que habían dejado de hacer Griezman y Matuidi. La media cancha buscaba a Benzema. Las bandas eran para que los jugadores encontraran el hueco y después al delantero del Madrid. Sin embargo, Domínguez detuvo en cada acción.
Agigantado el arquero ecuatoriano, como tímido el resto de sus compañeros a la hora decisiva, pagaron el precio de quedar eliminados. Pusieron la mejor cara que pudieron al final, sin que eso borre el pobre desempeño que tuvieron en Brasil. Lo mejor que hicieron fue desesperar a los delanteros franceses, que como pocas ocasiones maldijeron tener tantas oportunidades de gol y salir con la suerte de espaldas. Fue parte de lo que quería Deschamps. probar a los que casi no tienen actividad. Se ha dado cuenta que el equipo bueno es el que goleó a Suiza y el que seguramente pondrá ante Nigeria.