La momia fue trasladada en avión de Guanajuato a Cancún, en una caja de madera e inmovilizada en capullos de espuma de polietileno.
Cancún, 07 de mayo de 2014.- Noé, la momia de un minero que falleció en 1930 y que se exhibe en el Tianguis Turístico de Cancún, tuvo una preparación especial para que viajara de Guanajuato a Quintana Roo.
La momia fue trasladada en avión, en una caja de madera e inmovilizada en capullos de espuma de polietileno.
De acuerdo con personal del Museo de las Momias de Guanajuato, donde hay 117 ejemplares, para poderse conservar en óptimas condiciones, la temperatura no debe sobrepasar 35 grados centígrados.
Las temperaturas bajas son el mejor ambiente para su preservación, así como el control de la humedad, la cual debe estar entre 35 y 50 por ciento. Se utilizan deshumificadores o bolitas de silica, que es un secante natural.
En el caso de las momias que se exhiben en ese museo, todas tuvieron un proceso de momificación natural, que es cuando el entorno natural del cadáver resulta en la preservación del mismo.
Las momias de Guanajuato son el resultado de una combinación específica de condiciones, como la altitud y temperatura caliente de Guanajuato.
Además, por los ataudes de madera en los que fueron puestos a descansar los cuerpos que absorbieron su humedad y las criptas de cemento que, selladas, protegieron a los cuerpos de organismos descomponedores.
También destaca que todos fueron habitantes de Guanajuato, donde el agua que tomaban estaba llena de minerales y eso también influyó en la deshidratación de los cuerpos.
El «minero Noé» de Guanajuato es uno de los más de ocho mil participantes en el trigésimo noveno Tianguis Turístico de México.
La particularidad de Noé es que se trata de la momia de un hombre que murió a los 45 años de edad en 1860, es decir en el siglo XIX y forma parte de una muestra itinerante que incluso estuvo en Estados Unidos.
En entrevista con Notimex, Luis Fernando Gutiérrez Márquez, alcalde de Guanajuato, explicó que la momia llegó a Cancún el lunes por la tarde vía aérea con la delegación del estado de Guanajuato que participará en el encuentro.
Junto con Noé llegó Raúl Jiménez, la persona que siempre la cuida, que se encarga de mantener la temperatura que se requiere para su conservación y que se hace a base de hielo seco y sellar con cristal el ataúd de madera.
«Ya estamos listos para mostrarlo al mundo, esperamos que sea todo un éxito como en otras partes donde lo hemos exhibido» , agregó el edil.
Aseguró que la presencia de Noé forma parte de la promoción que se hace de Guanajuato y que en esta ocasión forma parte del esfuerzo por ganar la posibilidad de organizar en 2016 el Tianguis Turístico de México.
El estado de Guanajuato, resaltó, cuenta con una capacidad hotelera superior a 30 mil habitaciones, entre León, San Miguel de Allende y la capital.
Además, Guanajuato es el destino cultural de México, que cuenta con la capacidad para hacerlo y la mejor muestra es el Festival internacional Cervantino, que año con año recibe a más de 150 mil personas durante 21 días.
Destacó que para Guanajuato, las momias son patrimonio de la ciudad, parte de la cultura y visita obligada, de manera independiente a su arquitectura, historia y festivales como el Internacional Cervantino.
Refirió que la momia forma parte del grupo conocido como «las Viajeras» , que incluso ya estuvieron en Oaxaca, Ciudad de México y Estados Unidos, donde se les hicieron una serie de estudios que permitieron identificar que se trata de un minero.
La colección del programa «Momias Viajeras» está integrada por un total de 36, mientras que en el espacio fijo se exhiben 110.
«Estamos hablando de uno de los atractivos más importantes para Guanajuato, es lo que mostramos, además de las artesanías y su arquitectura» , reiteró.
El alcalde indicó que los lugares donde se exhiben las momias son visitados por más de 600 mil personas al año, por lo que están por abrir un nuevo espacio en la ruta de los «Pueblos del Misterio» , cerca del cerro del Cubilete, para que puedan apreciar piezas de ese tipo, las personas que realizan el llamado «turismo religioso». (El Universal)