La Organización Internacional para las Migraciones advierte que la violencia de la secta islamista podría desestabilizar la región.
DAKAR, 20 de enero de 2015.– Más de un millón de personas se habrían visto obligadas a abandonar sus hogares en el norte de Nigeria debido a lacampaña insurgente de cinco años de la secta islamista Boko Haram, de acuerdo a un reporte de Naciones Unidas.
Los ataques de los extremistas podrían forzar un mayor número de desplazamientos, tanto dentro del país como hacia Camerún, Níger y Chad, lo que podría desestabilizar la región, dijo la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) en un comunicado emitido el martes.
«Estamos preocupados por el impacto de la crisis en la región y las posibles amenazas a la paz y la seguridad de los países vecinos, en caso de que se extienda la insurgencia de Boko Haram», dijo el director de operaciones de OIM, Mohamed Abdiker.
El grupo musulmán suní, que trata de instaurar un estado islámico en el norte de mayoría musulmana del país africano, ha matado a miles de personas desde el 2009, en lo que se percibe como la mayor amenaza a la seguridad en el principal productor de petróleo de África.
En sus recientes ataques este mes, se cree que insurgentes mataron a cientos de personas en Baga, una ciudad pesquera del norte nigeriano, aunque se desconoce la cifra exacta de víctimas.
El atentado provocó el desplazamiento de 13 mil residentes, muchos de los cuales han buscado refugio en islas del Lago Chad, donde las organizaciones de ayuda humanitaria pasan apuros para encontrarlos. Algunos refugiados se ahogaron mientras huían.
NIÑOS, LOS PRINCIPALES AFECTADOS
En otro informe revelado el martes, la UNICEF dijo que los niños sufren directamente las consecuencias del conflicto en Nigeria, perdiendo sus hogares y su educación y arriesgando sus vidas.
En el norte de Camerún, los niños suponen el 60 por ciento de los 25 mil refugiados nigerianos que viven en el campamento de Minawao, donde un reciente estudio reveló una tasa alarmante de malnutrición, dijo la UNICEF.
El director regional de UNICEF, Manuel Fontaine, denunció la existencia de una crisis humanitaria desarrollada en las últimas semanas.
«Necesitamos hacer todo lo que podamos para evitar el efecto de contagio de la violencia en Nigeria a otros países de la zona», sostuvo.
La OIM dijo en su informe que unos 120 mil nigerianos han huido a países vecinos.
El presidente nigeriano, Goodluck Jonathan, busca su segundo mandato en unas elecciones previstas para el 14 de febrero, después de haber alcanzado el poder tras la muerte del presidente Umaru Yar’Adua, un líder musulmán del norte.
Jonathan, un cristiano del estado sureño de Bayelsa, fue presidente en 2011, rompiendo una norma tácita en la política del país que implica que los mandatarios deben alternarse entre el norte y el sur.
La insurgencia de Boko Haram comenzó en 2009, pero el número y el alcance de sus atentados crecieron el pasado año después de que Jonathan impusiera un estado de emergencia en tres estados del norte del país.