El rector de la UNAM declaró que se equivocan quienes piensan que la situación de inseguridad y violencia es culpa del gobierno actual
Mérida, Yucatán, 21 de noviembre del 2014.- El rector de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), José Narro Robles, lamentó que la violencia se está convirtiendo como parte de la normalidad en México, “y eso es espantoso, no queremos, lo repudio, no podemos admitirlo”.
Al hablar sobre las protestas en diferentes puntos del país por los crímenes cometidos contra estudiantes de Ayotzinapa, precisó que si estamos luchando contra la violencia, los mexicanos no deben manifestarse con actos violentos.
“Si estamos luchando contra la violencia, no podemos lanzarles bombas molotov a las fuerzas públicas, si queremos acabar con la violencia no podemos quemar la puerta de Palacio Nacional, si queremos cambiar de verdad las cosas, no podemos protestar con violencia”, insistió.
El rector también enfatizó que se equivocan quienes piensan que los problemas de inseguridad que se viven es por culpa del actual gobierno, “pues esta (administración) no tiene siquiera dos años, ésto viene de muchos lustros atrás, es una enorme injusticia tratar de puntualizar y simplificar algo que es extraordinariamente complejo”.
Dijo que muchos de los asuntos que nos agobian en ese momento, ocurren porque hacen falta más años de educación de México, “por eso tenemos problemas grandes como la pobreza, la ignorancia, la desigualdad, que no son de ahora, no hay que voltear a ver qué pasa hoy o hace 12 años… un día los mexicanos debemos decir ya basta de esa situación, porque esas condiciones son la base de las cosas que pasan hoy día, la inseguridad tiene que ver con eso”.
Narro Robles indicó que los reclamos de la sociedad son absolutamente justos, y que las marchas multitudinarias son bienvenidas, pero tenemos que reflexionar que no debemos admitir la violencia en esas manifestaciones.
Precisó que la inmensa mayoría de los estudiantes de la UNAM expresan su repudio en contra de la situación que ha ocurrido por el caso de Ayotzinapa, pero lo hacen de manera no violenta, pacífica, inteligente y con argumentos. (Herbeth Escalante)