Sturgeon busca agilizar el proceso en caso de constatar un apoyo suficiente a la independencia
Londres, 7 de septiembre de 2016.- El Gobierno escocés prepara ya la legislación para un eventual segundo referéndum de independencia de Reino Unido, con el objetivo de agilizar el proceso en caso de constatar que hay un apoyo suficiente entre los votantes para una secesión que hace dos años fracasó en las urnas por un margen de 10 puntos. Así lo anunció ayer la ministra principal escocesa, Nicola Sturgeon, al presentar en el Parlamento de Edimburgo su plan de Gobierno para el curso que ahora empieza.
Sturgeon evitó hablar de plazos para una eventual consulta que calificó de “altamente probable” tras la victoria del Brexit en el referéndum del pasado 23 de junio. En él, un 62% de los escoceses votó por la permanencia en la Unión Europea. La líder nacionalista argumenta que el hecho de que Escocia se vea arrastrada fuera de la UE contra su voluntad mayoritaria constituye un cambio sustancial que podría justificar un segundo referéndum de independencia después del que perdió en septiembre de 2014. Desde aquella fecha, el apoyo a su partido, el SNP, se ha disparado. Se han convertido en la tercera fuerza en el Parlamento británico y, en las elecciones escocesas de mayo, fueron la formación más votada aunque no alcanzaron la mayoría absoluta.
Sturgeon reconoció la semana pasada que su partido ha empezado a sondear el apoyo actual a una secesión de Reino Unido, con una encuesta entre más de dos millones de escoceses. A pesar del fuerte apoyo del que goza el SNP, factores como el bajo precio del petróleo, elemento clave en la economía de una hipotética Escocia independiente, invitan a pensar que los mismos miedos que llevaron a muchos votantes a decantarse a última hora por el no pesarían en una nueva consulta.
Los últimos sondeos indican que volvería a ganar la opción de seguir formando parte de Reino Unido, aunque por un margen más estrecho que en 2014. Los independentistas saben que solo les queda una bala: no están dispuestos a plantear un nuevo referéndum sin la seguridad de ganarlo. Tampoco está claro cuál sería el procedimiento legal para convocar un nuevo referéndum: el de 2014 fue un acuerdo político entre los Gobiernos de Londres y de Edimburgo, y no sienta un precedente legal para futuras consultas.
La estrategia del SNP ahora es demostrar que pueden gobernar bien en la región para generar confianza en su capacidad de pilotar una Escocia independiente. Por eso ayer Strugeon, en la presentación de sus planes de Gobierno, se centró en las políticas de educación y en medidas de apoyo a las empresas que constituyen, dijo, “una respuesta excepcional al desafío económico excepcional” que plantea el Brexit. (El País)