Un perro xoloitzcuintle sorprende a propios y extraños en la puerta de una tienda de antigüedades en la calle 60 del centro.
A este perro se le consideraba un animal sagrado pues se creía que acompañaba a sus amos hacia al inframundo, cuando morían, y los ayudaba a llegar al Mictlán, por lo que en ocasiones eran enterrados con ellos.