El cortejo fúnebre más triste

Yucateco entierra a su hermano en la soledad, nadie lo acompañó al cementerio

Sin familiares, ni amigos que lo acompañen en su dolor, completamente solo, Carlos Chac Yam encabezó el *cortejo fúnebre* de su hermano Gregorio en el municipio yucateco de Kinchil.

Conocido por los habitantes de la localidad como “Chelín”, nunca imaginó que ese momento doloroso lo enfrentaría en la soledad.

Carlos vivía junto con el fallecido Gregorio Chac Yam, alias «Yuri” a quien cuidaba y procuraba.

De manera repentina, falleció por causas naturales en la casa que compartían en la población ubicada al poniente de Yucatán.

Algunos vecinos le dieron el pésame a “Chelín” horas previas al sepelio, pero cuando llegó la hora de partir hacia el cementerio nadie llegó.

Consternado por la pérdida de su familiar decidió cumplir con el rito de llevarlo a su última morada.

Con una veladora en cada mano y con el alma hecha pedazos, “Chelín” comenzó a caminar delante de la carroza y con la mirada pérdida hacia el camposanto.

En silencio se cuestionaba dónde estarían los amigos, los compañeros de parranda y sus otros familiares.

Empleados de la funeraria se unieron al cortejo al arribar al panteón, al darse cuenta de la situación.

Acompañaron a “Chelín” cuando doña Dulce, la rezadora del pueblo, oró en voz alta y pidió por el alma de “Yuri”.

Al concluir el sepelio, Carlos retornó a su casa con un profundo dolor por la partida de su hermano y la experiencia vivida.

ACOM