La huelga de policías que exigen mejoras salariales dejó al lugar desamparado con al menos 90 muertos
Vitória, Brasil, 9 de febrero de 2017.- El ejército se hizo cargo ayer de la seguridad en el estado brasileño de Espíritu Santo, en el sudeste del país, tras el caos provocado por una huelga de policías que ha dejado al menos 90 muertos en circunstancias violentas desde el sábado.
Camiones militares patrullan por las calles de Vitória, la capital del estado, que ayer amaneció con las calles desiertas y la mayoría de los comercios cerrados por temor a los saqueos.
También buena parte de los colegios, las facultades universitarias y los centros médicos permanecen cerrados y sólo funcionan algunas líneas de autobuses.
La gobernación de Espíritu Santo publicó ayer un decreto en el que transfiere el control de la seguridad pública a las Fuerzas Armadas hasta el próximo 16 y acusa a los policías en huelga de “chantajear” a la sociedad con la protesta.
“Es un chantaje abierto, es la misma cosa que secuestrar y cobrar rescate”, denunció el gobernador de Espíritu Santo, Pablo Hartung.
Familiares y representantes de los agentes mantienen bloqueadas las salidas de los cuarteles desde el sábado dado que los policías militares no pueden manifestarse ni hacer huelga porque están bajo el reglamento del ejército.
La protesta responde a un reclamo de mejoras salariales y de las condiciones de trabajo para los 10 mil agentes, quienes perciben un sueldo básico de unos 800 dólares y llevan tres años sin aumentos.
“Estamos protestando no sólo por el salario sino por las pésimas condiciones que les son ofrecidas a la policía para hacer su trabajo. Usan coches desmantelados, sin combustible, equipos viejos”, denunció a Euzy Esteva, esposa de un agente de la policía militarizada.
“Nuestra reivindicación es que el gobierno nos atienda, queremos conversar. No aceptamos que nos manden a casa para después conversar”, insistió.
El acuartelamiento de la policía militarizada desató una ola de violencia desde el fin de semana que el gobierno local trató de frenar con ayuda de las Fuerzas Armadas, que comenzaron a actuar en Vitória en la noche del lunes.
Sin embargo, la presencia de mil 200 efectivos del ejército y de la Guardia Nacional no ha logrado acabar con los incidentes violentos que han dejado al menos 90 víctimas, entre ellas, un policía civil que fue enterrado ayer.
Por otro lado, el Tribunal Electoral del estado de Río de Janeiro anuló ayer el mandato del gobernador de ese estado, Luiz Fernando Pezao, “por abuso de poder económico y político”, aunque se mantendrá en el cargo hasta que la decisión sea ratificada por una instancia superior.
“Por mayoría de votos, el abuso de poder económico y político quedó comprobado una vez que el gobierno del Estado de Río de Janeiro concedió beneficios financieros a empresas como contrapartida a posteriores donaciones para la campaña del entonces candidato Pezao”, señaló un comunicado del organismo regional, difundido por la prensa. (AP)