Contrario a lo que reitera en su discurso, el técnico José Luis Trejo enfrenta un desfavorable balance de resultados.
CIUDAD DE MÉXICO, 12 de agosto de 2014.- Pumas es un equipo en vías de subdesarrollo, que ha vuelto a escuchar hablar de crisis, fracasos y contratos que se vencen sin intentos de ser renovados. Los equipos con tales desequilibrios suelen buscar desde adentro las causas de sus problemas. Sin embargo, con esa misma contradicción de sus resultados como técnico, el razonamiento es distinto para José Luis Trejo.
A pesar de las tres derrotas consecutivas en el torneo (ante Chivas, Toluca y Atlas), de sumar un gol en la misma cantidad de partidos y de los números que indican que en 32 juegos dirigidos acumula nueve victorias, nueve empates y 14 reveses, Trejo se niega a mirarse dentro de una situación límite.
«Perdimos otro partido y hasta ahí. No creo que haya crisis. Sé que hay varios (técnicos) buscando mi puesto, pero no es mi estilo renunciar”, avisó el entrenador de los universitarios al término del encuentro ante el Atlas, en el que, además de caer hasta el puesto 15 de la clasificación, redujo su porcentaje de efectividad a un 25% después de cuatro jornadas.
Por menos que eso, Joaquín del Olmo, Mario Carrillo y Antonio Torres Servín fueron cesados como técnicos de Pumas.
Del Olmo, que había llegado a Universidad con un contrato por un año bajo la administración del entonces vicepresidente deportivo, Alberto García Aspe, dirigió seis partidos del Apertura 2012 y se terminó yendo con tres derrotas a cuestas (dos en CU), dos triunfos y un empate.
Antes de decidir el arribo de Mario Carrillo como responsable del vestidor, la directiva auriazul eligió a Antonio Torres Servín como entrenador interino. Servín sostuvo el compromiso por una semana y logró ganarle (0-1) al Morelia como visitante.
A partir de la siguiente jornada, con todo y los disgustos de la afición por su pasado americanista, Carrillo aceptó el cargo y no tomó en consideración jerarquías ni trascendencias individuales.
Tuvo problemas con los argentinos Martín Romagnoli y Emanuel Villa, recién llegados como refuerzos para ese torneo, a quienes apartó del cuadro titular por no cumplir con sus expectativas en el campo.
Carrillo se fue de Pumas con nueve puntos conseguidos de 24 en disputa, luego de sumar tres victorias, un empate y tres derrotas, incluida una goleada de 5-0 frente a Tigres.
Sin tiempo para experimentar o estudiar otras opciones, Antonio Torres Servín fue destinado a terminar las dos fechas restantes de la competencia, en las que se apuntó un partido perdido y otro ganado.
Servín llegó al banquillo el 2 de noviembre de 2012 y se fue de él el 2 de septiembre de 2013, ya con Mario Trejo como vicepresidente deportivo, tras un balance de nueve victorias, nueve empates y 11 derrotas. No obstante, a diferencia de sus dos antecesores, su máximo logro fue regresar a los universitarios a una liguilla, en el Clausura 2013.
«Tenemos que dejarnos de tradicionalismos y apuntalar de la mejor manera nuestro cuerpo técnico. Aunque no sea del club, el próximo entrenador debe tener experiencia y conocimiento del futbol mexicano”, advirtió Mario Trejo antes de determinar la elección de Jose Luis Trejo como su nuevo estratega.
De la fecha nueve a la 17 del Apertura 2013, Trejo acumuló cuatro derrotas, tres empates y sólo un triunfo, dejando al cuadro de la UNAM en el último puesto de la clasificación.
El equipo volvió a clasificarse a la liguilla en el Clausura 2014 y, un semestre después, siendo el único de cuatro técnicos que ha durado más tiempo en el cargo (más de 11 meses), Trejo podría estar teniendo sus últimos días en Pumas tras la renuncia de Mario, el hombre que lo eligió. (Excelsior)