Algunos aspectos como sus manos, sus muñecas y sus pies, están muy próximos a los del hombre moderno.
MAROPENG, 11 de septiembre.- Los huesos fosilizados de 15 homínidos que pertenecen a una especie humana desconocida hasta ahora fueron descubiertos en una cueva sudafricana, un hallazgo “extraordinario” que ilustra la complejidad de la evolución humana, anunció ayer un grupo de investigadores internacionales.
La nueva especie fue bautizada como Homo naledi (“estrella” en sesotho, una lengua local sudafricana) y clasificada dentro del género Homo al que pertenece el hombre moderno.
Los fósiles fueron encontrados en una cueva de difícil acceso en Maropeng, cerca de Johannesburgo, donde se halla el rico yacimiento de la “Cuna de la humanidad”, inscrito en el patrimonio mundial de la UNESCO.
Estoy feliz de presentarles a una nueva especie del género humano”, declaró Lee Berger, investigador de la Universidad de Witwatersrand de Johannesburgo, durante una rueda de prensa en Maropeng.
En 2013 y 2014, científicos exhumaron más de 1,550 huesos pertenecientes a por lo menos 15 individuos, bebés, jóvenes y adultos. Todos presentaban una morfología homogénea, pero todavía no han sido datados.
Este descubrimiento “extraordinario”, según el Museo de Historia Natural de Londres, supone la mayor muestra de fósiles de homínidos exhumados hasta ahora en África.
¿CÓMO ERA?
Tenía un cerebro minúsculo del tamaño de una naranja y un cuerpo muy esbelto”, declaró John Hawks, investigador de la Universidad de Wisconsin-Madison y autor de un artículo publicado ayer en la revista científica eLife. “Medía 1.5 metros y pesaba 45 kilos como promedio”.
Sus manos permiten suponer que tenía la capacidad de manejar herramientas”, sus dedos estaban muy curvados, mientras que es “prácticamente imposible distinguir sus pies de los de un
hombre moderno”, precisa un comunicado conjunto de la Universidad de Wits, la National Geographic Society y el Ministerio sudafricano de Ciencia.
Sus pies y sus largas piernas indican que estaba hecho para caminar durante mucho tiempo”, precisa el texto.
Estas osamentas suponen un desafío para los investigadores. Complican más el árbol genealógico de los homínidos, pues la especie descubierta presenta tanto características propias de las especies modernas como de las antiguas.
Algunos aspectos del Homo naledi, como sus manos, sus muñecas y sus pies, están muy próximos a los del hombre moderno. Su pequeño cerebro y la forma de la parte superior de su cuerpo son más próximos a los del grupo prehumano australopiteco”, explicó el profesor Chris Stringer, del Museo de Historia Natural de Londres.
Este hallazgo podría permitir conocer más sobre la transición, hace unos dos millones de años, entre el australopiteco primitivo y el primate del género homo, nuestro antepasado directo.
A LA CUEVA ENTRARON MUJERES PEQUEÑAS
Se buscan paleontólogos delgados, bajitos y que no sufran claustrofobia”; ése era el anuncio de empleo para trabajar en la cueva Rising Star de Johannesburgo, Sudáfrica.
En ese sitio se descubrieron los restos del Homo naledi, un primo lejano del ser humano, afirman los investigadores.
De acuerdo con el portal de Vice News, que cita a los descubridores de la nueva especie, la cueva Rising Star es un complejo de galerías extremadamente estrechas en el que sólo cupieron mujeres delgadas y de estatura baja.
Los investigadores seleccionados en la convocatoria (todas mujeres) descubrieron más de mil 500 huesos de homínido pertenecientes a una supuesta nueva especie aún sin confirmar, pero que modifica nuestra historia.
La entrada a una de las cámaras donde aparecieron los huesos era una grieta de sólo 20 centímetros de ancho, así que la complexión delgada era un requisito importante para los investigadores.
El difícil acceso a la misma sugiere que se trata de algún tipo de asentamiento funerario cuyos ritos
aún están por determinar.
Los investigadores se preguntaron también sobre las razones por las que las osamentas se encontraban en esa cámara de difícil acceso, en la entrada de una cueva ya conocida.
Esta cámara “siempre ha estado aislada de las demás y nunca estuvo en contacto con la superficie”, según el comunicado del Museo de Historia Natural de Londres.
Hemos imaginado varios posibilidades, incluyendo la posibilidad del ataque de un carnívoro desconocido, una muerte accidental o una trampa”, explicó Lee Berger, investigador de la Universidad de Witwatersrand de Johannesburgo.
Hemos llegado a la conclusión de que el escenario más plausible es que los cuerpos fueron depositados voluntariamente en este lugar”, afirmó.
Una práctica que “atestigua un comportamiento sorprendentemente complejo para una especie humana primitiva”, concluyó el profesor Stringer, del Museo de Historia Natural de Londres. (Excelsior)