Aproximadamente cinco mil asistentes presenciaron el concierto homenaje a la trayectoria del cantautor yucateco
Pisté, Yucatán, 4 de febrero de 2018.- Las fallas técnicas le robaron el foco al cantautor yucateco Armando Manzanero y causaron molestias a los asistentes al concierto organizado en honor a sus 70 años de trayectoria artística del yucateco en el sitio arqueológico Chichén Itzá, pues el evento tuvo que ser suspendido durante aproximadamente 10 minutos para arreglar desperfectos de audio.
Después de la polémica que envolvió al evento durante meses, debido tanto a que el cantante anunció el concierto antes de que fueran otorgados los permisos por parte de autoridades federales y estatales; y a que investigadores, académicos y trabajadores técnicos y manuales del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) y de Bellas Artes expresaron su rechazo a que la zona arqueológica fuera empleada como sede de un espectáculo masivo, aproximadamente 5 mil ciudadanos yucatecos y de otros estados del país acudieron al recital.
El lugar estaba fuertemente custodiado por elementos de la Policía Federal, Estatal y Municipal, que se desplegaron en patrullas por todos los accesos a Pisté y a Chichén Itzá. Incluso en el monte que rodea el sitio arqueológico había miembros del Ejército Mexicano y de la Marina.
Los organizadores del espectáculo aseguraron que se cumplieron estrictamente todos los lineamientos del INAH. El helipuerto fue habilitado como estacionamiento y punto de encuentro. Los asistentes dejaban sus vehículos en el terreno y se aglomeraban en una fila poco prolongada para esperar a que validen sus boletos. Posteriormente eran trasladados en camionetas tipo Urvan al sitio arqueológico.
Una vez ahí la mayoría aprovechaban para comprar alimentos, bebidas, fumar un cigarro o ir al baño, ya que se desconocía si posteriormente tendrían oportunidad de dejar sus asientos para ir al parador turístico.
El escenario fue ubicado a 30 metros de la Pirámide de Kukulcán, iluminada de diversos colores. Los asientos fueron colocados frente a ésta, de modo que las bocinas no estuvieran dirigidas a los monumentos prehispánicos.
Conforme transcurrían los minutos, los lugares se fueron llenando y con ello, las anécdotas fluían: “Yo vengo de Coatzacoalcos y vengo a ver a Carlos Rivera”, dijo una entusiasta turista. Otro admitió llegar de Tulum para ver el espectáculo.
Hacia las 9 de la noche, aunque aún habían un par de filas vacías en las diversas zonas de asientos, los aplausos y chiflidos comenzaron a resonar en el lugar. El público pedía que iniciara el espectáculo.
40 minutos después dos “j-men” o sacerdotes mayas realizaron un ritual, pidiendo permiso a “cada uno de los elementos del sitio” para realizar el evento.
Mientras las volutas del incienso se perdían en el escenario, una introducción musical con retazos de las obras del compositor yucateco arrancó aplausos del público y en medio del barullo, apareció Armando Manzanero vestido con filipina, pantalón y saco blancos.
Sin demoras, arrancó con “Somos novios” y siguió con la interpretación de “Aquel señor” ante el aplauso del público. Entonces se dirigió a los asistentes y reconoció la travesía que implicó llevar a cabo el evento.
“No saben lo agradecido que estoy por las tantas cosas que se sortearon para estar aquí, gracias a la empresa, al señor Manuel Reta que hizo posible esto. También muchas gracias a todos mis amigos”.
El artista se sentó al piano y comenzó a cantar la conocida pieza “Nada personal”. Y tras unos minutos, la cantante Aranza, la orquesta y el ensamble de cuerdas se unieron a él, mientras en la Pirámide se proyectaba un video mapping.
Justo cuando el público comenzaba a entusiasmarse, se presentó el hijo del compositor, Juan Pablo Manzanero, quien agradeció “a la gente de cultura y turismo”. Y procedió a cantar “Te extraño”, pero en los acordes finales el audio comenzó a interrumpirse. Los asistentes aplaudieron y chiflaron, pero el joven concluyó su interpretación.
Sin embargo, cuando se sentó al piano para cantar una segunda pieza, el audio se había apagado por completo. El público comenzó a rechiflar, aplaudir y gritar “no se oye”. Juan Pablo terminó su interpretación y descendió del escenario, tras lo cual las luces se apagaron y se hizo el silencio en el escenario durante aproximadamente 10 minutos.
La mayoría de las personas se levantaron de sus asientos y algunos se quejaron de la situación. “Es la venganza de los aluxes”, se escuchó entre quienes se encontraban en la zona de luneta 1.
Finalmente Juan Pablo regresó al escenario y se disculpó por los inconvenientes. “Que pisaron un cable, pero lo dudo mucho. Que bueno que me pasó a mí y no a mi padre”, dijo. Y posteriormente volvió a interpretar la pieza que la audiencia no pudo disfrutar debido a las fallas técnicas, lo que provocó aplausos del respetable.
Armando Manzanero apareció después y presentó a Tania Libertad, quien pidió a los asistentes “que olviden el incidente” y disfruten del homenaje al cantautor yucateco. Interpretaron “Por debajo de la mesa” , entre otras piezas.
La cantante dio paso al rockero Alex Lora, quien al interpretar “Triste canción de amor” también luchó con algunas fallas en el audio, pues su micrófono se escuchaba bajo, al igual que su guitarra y la armónica que lo acompañaba. El vocalista de “El Tri” dedicó “Las piedras rodantes” al INAH.
Al cantautor yucateco lo acompañaron Carlos Rivera, Paquito D’Rivera, Gaby Moreno y Eros Ramazzoti, uno de los intérpretes más ovacionados y al que los asistentes le solicitaron otra canción, aunque Manzanero decidió continuar con la presentación.
Después de Ramazzotti, acompañó a Manzanero la cantante María Medina. Sin embargo durante su actuación algunos asistentes comenzaron a abandonar el lugar. El cantautor yucateco interpretó «sabes una cosa» y agradeció al público, que pese a las fallas de sonido disfrutó el recital, para finalmente al ritmo de «felicidad» aparecer con todos sus acompañantes de la noche y darle las gracias «al señor que organizó todo esto, se las vio negras, Manuel Reta».
Entre los asistentes más destacados en el evento estuvieron la diputada priista Celia Rivas Rodríguez, la Magistrada presidenta del Instituto Electoral y de Participación Ciudadana (IEPAC) María de Lourdes Rosas Moya, y el rector de la Universidad Autónoma de Yucatán (UADY), José de Jesús Williams, y el Magistrado presidente del Poder Judicial, Marcos Celis Quintal. (Lilia Balam)