El juego que define al campeón de la NFL y el espectáculo a su alrededor generan gran atracción a más de dos semanas de que se celebre el encuentro en el MetLife Stadium.
NUEVA YORK, 15 de enero de 2014.- Bienvenido al Super Bowl, el partido en el que la demanda siempre supera a la oferta y los contrincantes no revisten importancia en el interés.
El duelo por el título de la NFL es uno de los espectáculos más masivos del mundo y las entradas se venderán a muy altos costos cuando faltan más de dos semanas para que se celebre el encuentro en el MetLife Stadium en East Rutherford, Nueva Jersey.
En NFL.com los que buscan entradas pasan a la dirección de un portal de reventa, gestionado por Ticketmaster. Hace una semana, el boleto más barato costaba alrededor de tres mil dólares. (La liga también realiza una lotería para adquirir entradas que cuestan 500 dólares. Estos boletos no pueden ser ofrecidos en reventa).
En el sitio de internet de Stubhub se pueden encontrar ofertas de gente dispuesta a ceder sus asientos por algo más de dos mil 500 dólares. Estas son entradas que corresponden a las tribunas en lo más alto del estadio.
«Con el paso de los días vemos que, al acercarnos al día del partido, el costo de los precios va a bajar”, declaró Smita Saran, portavoz de Stubhub.
Los equipos participantes deben incidir en el precio. Si son equipos cercanos a Nueva York, por ejemplo los Patriotas de Nueva Inglaterra, la demanda y los precios pueden dispararse.
Dos equipos de la costa oeste definirán el campeón de la Nacional. Sin importar el fervor de los fanáticos de los 49ers y los Halcones Marinos, estar a unas seis horas de vuelo puede disuadir las huestes. Los Broncos son el otro equipo en carrera.
La gala del medio tiempo ya está lista, otro atractivo del encuentro. El artista es Bruno Mars no está a la altura de mitos musicales de previas ediciones como Bruce Springsteen, los Rolling Stones y Paul McCartney, pero debe entusiasmar a una audiencia más joven. Mars tendrá como acompañantes a los Red Hot Chili Peppers.
Aparte de los equipos, otro factor preponderante que afectaría los precios es el pronóstico del clima. Si jugar al aire libre con temperatura de 40 grados Fahrenheit, no parece ser terrible ahora, ya que casi todo Estados Unidos acaba de salir de una ola de frío polar en el que las temperaturas marcaron registros bajo cero.
Como es el primer Super Bowl al aire libre en una ciudad de clima helado, no hay información que el frío afecte la venta de entradas. Pero tras lo vivido en días recientes se puede presumir que la demanda no será tan fuerte ante la idea de sentarse al aire libre durante cuatro horas seguidas en una noche fría en el norte de Nueva Jersey.