Aviones y helicópteros con tropas estadunidenses y británicas se retiran de una base clave; un número reducido de militares extranjeros se quedará como apoyo.
KANDAHAR, 27 de octubre de 2014.– Una flota de aviones y helicópteros partió el lunes con las últimas fuerzas estadunidenses y británicas desde una base clave en el sur de Afganistán, un día después de que lacoalición internacional cerró el masivo complejo y lo entregó a los militares locales.
El retiro de las tropas y el cierre de la base en la provincia de Helmand fue una de las mayores operaciones en el final de la misión de combate internacional en Afganistán, 13 años después de haber derrocado al régimen islamista y radical de los talibanes.
Las víctimas tanto entre civiles como en las fuerzas de seguridad afganas han alcanzado máximos históricos este año, como cientos de muertos y heridos cada mes.
La retirada del resto de los soldados de la fuerza internacional de Camp Leatherneck y Camp Bastion se realizó en 24 horas de vuelos casi continuos entre Helmand y el aeródromo de Kandahar, el punto clave para la fuerza aérea en el sur de Afganistán.
Para los soldados que dejaban Helmand, el viaje era la primera parada en el camino a casa, ya que todos saldrán del país para finales del año y algunos en apenas días.
Ha pasado mucho tiempo. Espero volver a la vida normal (…) besar a mi esposa y a los niños», dijo el mayor Raymond Mitchell, un Marine de Rocky Mountain, Carolina del Norte, desplegado en Afganistán en enero.
La coalición llegó a tener 140 mil militares de casi 50 países en Helmand.
Para el 1 de enero, habrán solo 12 mil 500 soldados en el país -de los cuales 9 mil 800 serán estadunidenses- para asesorar y entrenar a las fuerzas de seguridad afganas.