La Casa Blanca anuncia el viaje a finales de mayo, que coincidirá con la reunión del G-7 en Japón
La Casa Blanca anunció este martes que el presidente Barack Obama visitará Hiroshima durante el viaje que, a final de mayo, le llevará a Vietnam y Japón. Será la primera visita de un presidente de Estados Unidos en activo al lugar donde este país lanzó la primera bomba atómica, el 6 de agosto de 1945. Murieron 140.000 personas.
Obama aprovechará la reunión del G-7 en Ise-Shima (Japón) para visitar Hiroshima junto al primer ministro japonés, Shinzo Abe. En la visita, Obama «subrayará su compromiso continuado con la búsqueda de la paz y la seguridad de un mundo sin armas nucleares», según un comunicado de la Casa Blanca.
El anuncio de la visita de Obama llega tras semanas de especulación y debate interno en el Gobierno sobre la conveniencia o no de viajar a Hiroshima. Hace un mes, John Kerry dio un primer paso al convertirse en el primer secretario de Estado estadounidense en visitar la ciudad.
El presidente de EE UU deberá buscar el equilibrio: reconocer a las víctimas sin pedir perdón directamente por un bombardeo que, junto al de Nagasaki tres días después, llevó a la rendición de Japón y puso fin a la Segunda Guerra Mundial. Desde el fin de la guerra, EE UU es un estrecho aliado en seguridad de Japón.
«No revisará la decisión sobre el uso de la bomba atómica al final de la Segunda Guerra Mundial. En cambio, ofrecerá una visión hacia el futuro centrada en nuestro futuro compartido», escribió Ben Rhodes, el viceasesor de seguridad nacional de Obama, en la publicación Medium. «Con la visita, el presidente pondrá el foco en el tremendo y devastador coste humano de la guerra».
El gesto conecta con una de las prioridades de Obama en la presidencia que termina en enero: reducir las armas nucleares y, a largo plazo, acabar con ellas. Con frecuencia, ha citado Hiroshima y Nagasaki como ejemplo del daño que causan estas armas. Su defensa de un mundo sin armas nucleares le valió la concesión en 2009 del Premio Nobel de la Paz.
En su presidencia, Obama ha multiplicado los gestos de humildad, la aceptación de que EE UU ha cometido errores y crímenes en el pasado. Ha admitido, por ejemplo, que la política de enfrentamiento de medio siglo con Cuba fue un error, ha expresadocomprensión por los recelos de Irán ante EE UU tras el golpe de 1953, auspiciado por la CIA, y ha admitido el papel estadounidense en ese golpe.
Esto ha llevado a algunos críticos de Obama a reprocharle que se dedique a pedir perdón a otros países en vez de defender sin matices el excepcionalismo americano, la idea de que este es un país único, con una misión especial en la historia de la humanidad. (El País)