Los cementeros no pueden mantener su ventaja, son remontados de último minuto para perder 1-2 contra Puebla y a punto están de firmar su sexto torneo al hilo sin calificar
Ciudad de México, Mx., 17 de abril de 2017.– Después de 14 jornadas, Cruz Azul sigue siendo nada más que Cruz Azul, un equipo que ahora porta uniforme oscuro pero se niega a revivir cada que el bondadoso torneo mexicano le da una oportunidad. La de este domingo fue en un estadio Cuauhtémoc más azul que poblano, pero los dirigidos por Paco Jémez volvieron a perder una ventaja.
La Máquina, que por combinación de resultados logró este fin de semana su permanencia en el máximo circuito, tiene 14 puntos y está a seis unidades de la zona de liguilla cuando quedan tres partidos al torneo regular. Por si fuera poco, sobre la hora dejaron ir la oportunidad de sumar de tres juegos sin derrota por primera vez en la temporada.
Como de costumbre, Cruz Azul albergó una esperanza que luego fulminó. Ni cinco minutos habían pasado cuando Rafael Baca proyectó el balón hacia la banda derecha para la llegada de Ángel Mena, quien centró y el propio Baca remató para el tanto celeste. Fue la primera llegada de los visitantes, y también era muy temprano para ser una tarde celeste.
Puebla, que sumó tres puntos de oxígeno en la lucha por seguir siendo de Primera División, se asentó sobre el terreno de juego y empezó a generar opciones con Canelo como ‘lobo solitario’ al ataque, un enjundioso Jerónimo Amione por el sector izquierdo y un errático Federico González.
Se acabó un primer tiempo en el que fue más ansiosa la necesidad de los 40 mil 500 aficionados por encontrar un lugar que el interés por atacar de los equipos. En el complemento, con lluvia incluída, se nubló el horizonte visitante y de a poco fue desapareciendo la esperanza.
Puebla armó una destacada combinación por la banda izquierda que terminó en servicio al área hacia donde estaba Carlos Orrantia, pero fue anticipado por Julio César Domínguez que marcó en propia meta. Era el minuto 57 y los fantasmas celestes había llegado a Puebla.
Y para terminar el juego, el clásico final ‘a lo Cruz Azul’. En el tiempo añadido Cristian Esparza cruzo un disparo hacia la meta celeste y con la lentitud desesperante por seis torneos sin liguilla, la pelota se incrustó en el marco visitante.