La ONU advierte sobre la situación que vive Grecia, donde la llegada masiva de refugiados se ha disparado en las últimas semanas.
GINEBRA, 18 de agosto de 2015.- El número de inmigrantes y refugiados llegados a Europa por las distintas rutas del Mediterráneo ha superado los 264 mil, con una alarmante aceleración de esta crisis en Grecia, a donde sólo la semana pasada llegaron cerca de 21 mil personas, reveló la ONU.
El fuerte aumento de refugiados llegados a las islas griegas, que han alcanzado los 160 mil, ha acelerado esta crisis y provocado que se supere la barrera del cuarto de millón de inmigrantes y refugiados dos semanas antes de lo previsto.
De los 21 mil de la semana pasada, los sirios fueron casi 17 mil, seguidos de muy lejos por afganos (2 mil 847 o 14 por ciento) e iraquíes (582 o 3 por ciento).
Las tres nacionalidades de países que sufren prolongados conflictos armados indica que la gran mayoría de ellos deberán ser considerados como refugiados, conforme al derecho internacional.
Además, entre el 1 de enero y el 31 de julio pasados, mil 716 inmigrantes entraron a Grecia por vía terrestre, a través de la frontera con Turquía, según las estadísticas proporcionadas por la Agencia de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR).
Mientras tanto, los inmigrantes que consiguieron llegar a Italia fueron 104 mil desde que empezó el año hasta ayer, mientras que a España lo hicieron mil 953 y a Malta, 94.
La composición de los que llegan a Italia -también por el Mediterráneo- es muy diferente con respecto a Grecia, con una mayoría de inmigrantes que proviene de África subsahariana.
ALARMA EN GRECIA
La ONU advierte desde hace meses de la explosiva situación de la inmigración en Grecia y del constante aumento de las llegadas, pero las miradas se mantuvieron concentradas en Italia debido a los frecuentes naufragios y a la elevada cifra de muertos entre los inmigrantes que intentaban cruzar desde Libia.
Grecia se ha visto así sumergida por las necesidades de los recién llegados e incapaz de responder a ellas, en gran medida debido a la crisis económica que atraviesa.
«La situación es resultado de la falta de condiciones de recepción. Hay un cuello de botella porque la gente debe ser registrada por la policía, pero ésta está totalmente agobiada por la carga y trabaja 24 horas al día», explicó en una rueda de prensa el portavoz del ACNUR, Willian Spindler.
«Del lado de los refugiados, «la situación también es muy frustrante. Algunos esperan quince o veinte días en condiciones que no son adecuadas y en muchos casos no reciben ni la asistencia más básica, así que quieren dejar las islas (griegas) lo antes posible».
Los problemas de comunicación, debido al idioma, contribuyen a los malos entendidos entre la policía y los inmigrantes, por lo que el organismo de la ONU ha enviado a intérpretes de árabe y otras lenguas y resolver este problema.
Su personal también está presente en el barco enviado por el Gobierno griego a la isla de Kos para ayudar a las autoridades a poner en marcha un sistema de registro de refugiados y poder trasladarlos a Atenas.
Sin embargo, Splinder recordó que las condiciones en la capital griega son «tan malas como en la isla, así que transferirlos no va a mejorar la situación».
«Tenemos que mejorar las condiciones en Atenas y, en lugar de intentar manejar la situación en una isla, intentar gestionarla a nivel de toda la región, no sólo en Grecia, sino también en Macedonia, Serbia y Hungría», dijo.
Los refugiados que llegan a Grecia abandonan este país en cuestión de días para emprender su camino hacia el resto de Europa.
«Por esta razón, Europa necesita unirse, asumir un rol de liderazgo y coordinar una respuesta. Obviamente, el Gobierno griego tiene la responsabilidad de lo que suceda en su territorio, pero necesita que se le asignen recursos (europeos)», recalcó Splinder.