El arzobispo de Yucatán, Emilio Carlos Berlie Belauzarán, declaró que no reciben tanto dinero, y que manejan los modestos recursos de forma transparente.
Mérida, Yucatán, 26 de agosto de 2014.- El arzobispo de Yucatán, Emilio Carlos Berlie Belauzarán, dijo no estar enterado de las nuevas disposiciones fiscales que obligarán a la iglesia a facturar electrónicamente todos sus ingresos de donativos, pero señaló que los recursos que manejan “se administran de manera seria y transparente”.
“Desde hace mucho estamos relacionados con Hacienda, entonces estamos tranquilos, pero todavía no hecho ningún estudio sobre estas disposiciones, no estoy enterado”, señaló.
Declaró que “no les han mandado” información sobre dichas reglamentaciones fiscales, aunque insistió que el dinero de la iglesia la administran con orden y mucha disciplina.
“Manejamos todo con mucha seriedad y transparencia, pero además, no creas que recibimos tanto dinero, ¡por el amor de dios!”, enfatizó el líder de la iglesia católica en el estado.
-Entonces, ¿es pobre la iglesia?- se le preguntó.
-No pobre, pero sí tiene recursos muy modestos, podíamos decir que austeros- contestó Berlie Belauzarán.
“No creas que es mucho (dinero), los montos que manejamos en la iglesia son ¡uuuy! incomparablemente menores de lo que manejan otras instituciones”, recalcó.
Cabe mencionar que el nuevo esquema digital del Sistema de Administración Tributaria (SAT), contempla que la iglesia católica y otras asociaciones religiosas tengan que registrar –de manera electrónica- hasta las limosnas que reciben.
Su comprobante fiscal puede ser una factura global diaria, semanal o mensual por todos los ingresos donde el donador no es identificable, y eso incluye el dinero de los diezmos, ofrendas y donativos que se reciban en las celebraciones de culto o depositadas en las famosas canastillas o alcancías.
A pesar de esta reglamentación fiscal, el arzobispo de Yucatán señaló que “nos las conoce”, pero que hablará sobre esta situación con el padre Oscar Cetina Vega, quien es el ecónomo de la arquidiócesis.
“No tengo ninguna inquietud, llevamos todas las finanzas límpidamente, y no creo que esas disposiciones fiscales nos afecten”, explicó.
Señaló que incluso las propiedades de la iglesia católica son conocidas por la Secretaría de Gobernación (Segob), “saben perfectamente lo que tenemos, hasta lo más chiquito, como los más de 600 templos del estado que son de la federación, pero que nosotros administramos”. (Herbeth Escalante)