La decisión fue aprobada durante la Consulta a Pueblos y Comunidades Indígenas sobre la Siembra de Soya Genéticamente Modificada en ese municipio.
Hopelchén, Camp., 14 de noviembre de 2016.- Los productores de soya de Dzibalchén, en Hopelchén, aprobaron en una reunión ayer la siembra de soya transgénica, con la previa capacitación para el adecuado manejo del cultivo y evitar afectaciones al medio ambiente y a la apicultura.
El acuerdo se tomó durante la Consulta a Pueblos y Comunidades Indígenas sobre la Siembra de Soya Genéticamente Modificada en el Municipio de Hopelchén, en sus Fases Consultiva y Deliberativa, en que también se acordó el buen uso de agroquímicos, la recolección de sus envases vacíos y la instalación de un centro temporal de acopio.
La Consulta se realizó en los pasillos de la Junta Municipal de Dzibalchén, y asistieron alrededor de 100 ejidatarios y productores. La encabezaron Marco Antonio Ramírez Velázquez y Sol Ortiz García, subdirector y subdelegada de Política y Normatividad Internacional de la Comisión Intersecretarial de Bioseguridad de Organismos Genéticamente Modificados (Cibiogen).
También estuvieron David Chay Vela, representante de la Comisión Nacional para el Desarrollo de los Pueblos Indígenas (CDI); José Manuel Ruiz Jiménez, de la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH), y el subsecretario de la Secretaría de Gobierno para la zona norte, Wilberth Ruiz Poot.
Al iniciar la parte deliberativa, el comisario ejidal de Dzibalchén, Alfonso Uc Canché, señaló que la decisión ya había sido tomada y que bastarían 15 minutos para ratificar que los productores sí quieren la siembra del OGM.
El maestro jubilado y petista Filipencio Tuyub Huchín, expresó que la siembra de soya transgénica daña la salud, la apicultura y el medio ambiente, y los agroquímicos contaminan el subsuelo, y acusó a la empresa Monsanto de acabar con la naturaleza y el ser humano, con complacencia de las autoridades.
Por su parte, Gaudencio Tuyub, aseveró que los productores están de acuerdo con la siembra de soya transgénica, porque deja más ganancias y el maíz ya no es redituable debido a sus altos costos.
Algunos los productores criticaron fuertemente a Filipencio, pues consideran que no tiene calidad moral para oponerse a la siembra de soya transgénica, pues no cultiva ni una sola hectárea.