Falta voluntad política para proteger a ese sector, criticó especialista
Mérida, Yucatán, 30 de noviembre de 2018.- La entidad yucateca presenta un falso blindaje a los derechos de la mujer indígena, pensamos que no hay violencia porque no vemos muertos por el crimen organizado en las calles, pero la situación es peor; porque a los menores y a las mujeres se les violenta o abusa sexualmente dentro de sus hogares, explicó Marisol Ceh Moo, escritora nacida en Calotmul, y maestra en derechos humanos.
Durante su participación en la inauguración del foro “Los derechos humanos de las adolescentes indígenas” en Mérida, declaró que 6 de cada 10 personas no contratarían a una mujer indígena “porque la consideran peligrosa”, un dato alarmante que demuestra lo vulnerable y discriminado que es este grupo poblacional.
En Yucatán se encuentra el 8.8 por ciento del total de indígenas que habitan en el país, pero las políticas públicas no se centran en la protección y garantía de los derechos humanos, más bien dan prioridad a las obras relacionadas con infraestructura, a las carreteras o a enormes edificios, puntualizó al evidenciar la falta voluntad de las autoridades para proteger a las indígenas.
Respecto a la violencia por parte de los hombres, la especialista explicó que no sólo las mujeres de las comunidades rurales son violentadas, sino que también aquellas que viven en zonas urbanas, pero a diferencia de las primeras “ellas no cree que estas viviendo violencia”, quizá por la educación y el nivel económico que tienen. Pero la realidad es otra.
“Son presas en sus mismas casas, en ocasiones están en un circulo de dinero y no se dan cuenta de la violencia que ejercen en su contra”.
Recordó que los principales tipos de violencia que sufren las mujeres indígenas inmersas en la pobreza son; la violencia económica, la cultural, la psicológica y la física principalmente, y esto se da por múltiples factores, pero el principal es la falta de acceso a la educación.
También dijo que en las universidades o escuelas públicas, ser de un tono de piel, tener un apellido maya, o cierta facción física es sinónimo de discriminación, aunque se han implementado políticas para atender el problema “lo cierto es que no han funcionado”.
Cada día nos sorprendemos con que facilidad se mata a una mujer, por ello creo que es obligatorio, urgente e imperante que esto se atienda, porque la violencia existe en todos los estratos de Yucatán, de mujeres indígenas hasta académicas, finalizó diciendo para la entrevista. (Javier Escalante Rosado)