El transporte no debería subir: Meade

El secretario de Hacienda y Crédito Público dijo que este servicio cuenta ya con estímulos fiscales

Ciudad de México, 10 de enero de 2017.- El secretario de Hacienda, José Antonio Meade Kuribreña, afirmó sobre la petición de transportistas para incrementar el precio de este servicio, que el transporte formal no paga el impuesto que lleva la gasolina, por lo que no debería subir la tarifa.

Hay programas de apoyo que existen y que habrán de fortalecerse: uno de ellos, y es importante recordarlo, en el caso del transporte público  y de carga, no solamente el combustible es deducible, sino que además se le otorga al transporte formal un estímulo contra el Impuesto Sobre la Renta”. Y abundó, “eso quiere decir que el transporte formal no paga el impuesto que llevan las gasolinas, el Impuesto Especial de Producción y Servicios, (IEPS)”.

En entrevista con Pascal Beltrán del Río para Imagen Radio, Meade habló sobre el malestar entre la población por el incremento a las gasolinas y señaló que el gobierno federal también está haciendo su parte.

El funcionario federal dijo  que el gobierno federal ha hecho recortes en el gasto por 190 mil millones de pesos y que este año se verá reflejado en todas las dependencias de gobierno, además de que se aplicará un descuento adicional del 10% en sueldos de altos funcionarios.

El Presidente pidió que recortáramos adicionalmente otro 10% a la partida de sueldos y salarios y que hiciéramos esfuerzos de austeridad, que habrá de poner los lineamientos la Secretaría de Hacienda, pero que  reflejen efectivamente que los esfuerzos que hemos hecho a lo largo del sexenio y que haremos en particular  este año, se vean complementados con un esfuerzo adicional, que afecte fundamentalmente a  los mandos superiores y que afecta las prestaciones vinculadas con espacios donde podamos hacer esfuerzos”, destacó.

Meade Kuribreña destacó que México se encuentra entre los países del orbe donde el precio de las gasolinas es más competitivo.

Cuando uno compara el precio de la gasolina con el precio del mundo, México se ubica entre los países en donde la gasolina es más competitiva. En EU hay una diferencia muy importante en los diferentes estados. Texas es el estado dentro de la Unión Americana donde la gasolina es más barata”.

Indicó que “muchas veces se hace la comparación con la gasolina puesta en Texas, y hay que recordar que tanto en Texas como aquí en México hay todavía  que hacer el desplazamiento de la gasolina desde Texas, un centro de refinación, probablemente el más importante del mundo, hasta el lugar donde efectivamente se va a vender la gasolina”.

Aquí hay que recordar que cuando uno compra gasolina, está uno pagando tres cosas: lo que cuesta la gasolina en sí. Está uno pagando la logística y el margen, llevar la gasolina a dónde se va a vender, y tercero, está uno pagando impuestos”.

ES UNA MEDIDA DOLOROSA, PERO NECESARIA, DICE GURRÍA

José Ángel Gurría, secretario general de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), dijo que  la liberalización del precio de las gasolinas en México es una medida  que se debió haber tomado hace mucho tiempo, al advertir que mientras “más se tarde el país en hacer el ajuste, este  será más severo”, y llevará a consecuencias no previstas, como el tema de la devaluación, o incluso de la movilización social en contra del  gasolinazo.

En entrevista con Pascal Beltrán del Río, para Imagen, Gurría Treviño, precisó que obviamente nunca hay un momento oportuno ni un mejor momento para anunciar el aumento en combustibles, medida qué, recalcó, “es dolorosa, es difícil, pero es una apuesta al día, que es necesaria”.

Lo que preocupa, señaló, es el vandalismo que ha habido en muchos lugares, en muchas tiendas, porque se ha usado el tema de las gasolinas para otro asunto”.

México, precisó, era el único país de la OCDE que no aplicaba impuestos al consumo de los combustibles fósiles; “en la práctica subsidiaba los costos respecto del precio internacional”,  con afectación directa al gasto presupuestal.

Señaló que el organismo que dirige ha mantenido una constante con el gobierno mexicano, de advertir que “el subsidio está saliendo carísimo, que es una asignación mala de los recursos, y mientras más se tarda uno en hacer el ajuste, de repente,  se sufren consecuencias no previstas, como el tema de la devaluación”.

Esta liberalización del precio de los energéticos, reconoció, sí afectará la inflación en el país, pero, dijo, “ésta será en un solo golpe y se ajustará  dependiendo del tipo de cambio y de los precios del petróleo en el mercado”, pero implicará que las prioridades presupuestales de México “sean aquellas donde hace más falta, no para  subsidiar el consumo de los combustibles fósiles, a los que más tienen, como ha sido el caso hasta ahora”.

Siempre, a la hora de ajustar precios, como en el tema de la gasolina, sí hay una repercusión, hay un impacto que es de una sola vez,  porque sube el nivel general de los precios, con todo lo relacionado con la gasolina”, pero, dijo Gurría, es importante que las autoridades   no permitan que haya abusos en las cadenas de valor, en donde no  existe relación con el tema de las gasolinas.

Ojalá que haya una comunicación con las cadenas de distribución, con el aparato comercial y productivo para evitar abusos.  Pero finalmente, sí habría un impacto de una sola vez, que se ajustaría y que después se normalizaría, porque los precios se irían normalizando de acuerdo al precio internacional del petróleo, al tipo de cambio, y también al costo de refinación”.

Señaló que el gobierno mexicano está obligado a proteger a los sectores de menor poder adquisitivo en el país, para evitar que sean víctimas de procesos especulativos de las cadenas de valor.

OTRA OPCIÓN SERÍA  PEOR, SOSTIENE GIL DÍAZ

Cualquier alternativa contraria a la liberación de los precios de los combustibles sería peor, porque llevaría a México a perder su calificación crediticia y con ello habría  “una afectación directa a la economía, con pérdida de empleos y de nuevas inversiones”, así lo dijo Francisco Gil Díaz, exsecretario de Hacienda y ahora presidente de grupo Avanzia.

Entrevistado por Pascal Beltrán del Río para Imagen, afirmó que no aplicar el impuesto llevaría a  más deuda pública,  bajaría la calificación de la deuda, y si cambia la percepción de riesgo, México podría  perder el grado de inversión; “significaría  que las tasas de interés aumentarían, nos cobrarían más por nuestra deuda, y un tipo de cambio más  depreciado,  traería más inflación generalizada, menor crecimiento y perjuicio en el empleo” .

Del por qué la liberación del precio, dijo que el tema central es el financiero y explicó: “el WTI  es el barril de referencia que observamos para muchos propósitos, tanto para el costo de nuestras  importaciones, porque somos un importador importante de energéticos, como para nuestras exportaciones”.

Además, dijo, “es determinante el valor de nuestra mezcla” y planteó este comparativo, de febrero del año pasado a la fecha ha subido 106% de 26 a 54 dólares el barril; además, el tipo de cambio se ha depreciado 43%:  en diciembre de 2015 estaba en 14.75  y ahora anda alrededor de  21 dólares con 22 centavos, ha tenido una depreciación de 43% que traducido a  pesos,  esto se combina, para dar un aumento del  barril de crudo de 196%”, y subrayó  “esa es una realidad que tiene que ver con aspectos presupuestarios”.

A la pregunta ¿fue un error el subsidio de tantos años a las gasolinas,  nos tardamos ? Gil Díaz contestó:  “mira podemos hacer muchos ejercicios de qué debió haber pasado, y cómo pudieron haber sido las cosas distintas, pero hoy la pregunta es: qué alternativa tenemos.

—¿Hubo posibilidad de hacer estas reformas a principios del sexenio de Fox ?

—No. No teníamos el apoyo parlamentario para una reforma de esta magnitud y me parece notable que el gobierno  haya logrado los apoyos,  y que bueno que así fue porque los años que vienen veremos años de producción muy  distinta. (Excélsior)