Trump está imprimiendo energía a movimientos de base que rara vez consiguen sacar a la calle una multitud significativa
Los Ángeles, 19 de feb. de 2017.- Varios miles de personas tomaron de nuevo este sábado el centro de Los Ángeles para protestar contra Donald Trump, en la tercera gran manifestación en la ciudad californiana desde que tomó posesión como presidente de Estados Unidos. Bajo la idea de la defensa de los inmigrantes, la manifestación vino a confirmar dos cosas. Primero, la energía que Trump está imprimiendo a movimientos de base que rara vez consiguen sacar a la calle una multitud significativa. Y segundo, la confluencia de una amalgama de intereses distintos que han decidido reaccionar a la política de Trump.
El lema principal era la defensa de los inmigrantes en un momento en que la Casa Blanca parece decidida a aplicarse con dureza en la política de deportaciones de irregulares y restricciones a inmigración legal. Convocada a través de Facebook, la protesta se convirtió en un crisol de todas las minorías a las que de una forma u otra ha ofendido el presidente en el último año y medio, más allá de convicciones políticas.
Así, la manifestación del sábado en Los Ángeles viene a confirmar que Trump está consiguiendo sacar a la calle y organizar a activistas que normalmente hacen la guerra por su cuenta.
En la calle estaban organizaciones de base de inmigrantes como Unión del Barrio o la Coalición de Derechos Humanos de los Inmigrantes en Los Ángeles (CHIRLA), pero la marcha también era promovida por Black Lives Matter, por el Comité de Relaciones Islámico-Americanas (CAIR). Las banderas arcoíris LGBTQ se mezclaban con banderas mexicanas.
“Lo principal que está pasando es que la Administración Trump está lanzando un asalto contra todas las comunidades de color”, decía Hussam Ayloush, director de CAIR en Los Ángeles. Su esposa es mexicana y sus hijos comparten cultura islámica y mexicana, así que se siente atacado por dos lados. “Lo vivo como algo personal”. “Los inmigrantes no son solo los latinos, somos todos”, decía con relación a la agresividad del presidente contra los inmigrantes.
“Un ataque contra uno es un ataque contra todos”, decía Ayloush. La frase sería repetida por varios de los que se dirigieron a la multitud desde las escaleras del Ayuntamiento de Los Ángeles. “Si permitimos que una comunidad sea atacada, perdemos la capacidad de prevenir el mismo ataque en otras comunidades”. Así está siendo últimamente en Los Ángeles, donde musulmanes o japoneses americanos hacen suyos los temores de los inmigrantes latinos.