En sus caminatas, la candidata del PRI por el VII Distrito local ha podido escuchar los principales problemas de las familias que viven en su demarcación.
Mérida, Yuc. 16 de abril de 2015.- Las caminatas son un ejercicio, pero con Celia Rivas Rodríguez adquieren otro significado: son un momento para conocer de cerca a los ciudadanos que busca representar en el Congreso local.
La candidata del PRI a la diputación por el VII Distrito realiza todos los días una caminata para platicar con los vecinos. Sin importar el agobiante calor, los vecinos le brindan unos minutos de su tiempo para comentarle los problemas que viven en el día a día en esa importante demarcación.
Este jueves, la aspirante caminó en la mañana por Ampliación Juan Pablo II y varias demarcaciones del poniente de Mérida. Aproximadamente, visitó 300 casas y saludó a cerca de mil vecinos, quienes no solo le tendieron la mano, hasta su agua de sandía le invitaron.
“Para el calor, agua de sandía; para el VII Distrito, Celia Rivas”, le dijo un comerciante que vendía jugos naturales en un crucero, al verla pasar y saludarla alegremente al ritmo de la música de los puestos de venta callejeros.
Por su parte, la aspirante respondió a la confianza de la gente al revelar su plan a futuro: trabajar por ellos.
“Seré un puente entre ustedes y los gobiernos, porque además estoy segura que nuestro amigo Nerio Torres Arcila será nuestro próximo alcalde. Así, podremos trabajar con los gobiernos municipales, estatales y federales y unir esfuerzos para que ustedes, los ciudadanos, salgan ganando”, dijo.
En la caminata había de todo: jóvenes, adultos, niños, gente del partido y de otros institutos políticos que ven en ella una opción real de salir en un rezago impuesto por autoridades municipales sin visión, que “sólo gobiernan para sus amigos”, sin importarles que las verdaderas necesidades estén en otras demarcaciones.
La candidata invitó a los vecinos a apoyar a todos los candidatos del PRI para hacer una gran fuerza y sacar adelante un proyecto de nación interesante, donde no sólo sean atendidos, sino que también sean escuchados y así legislar con y para ellos.