En su corazón, internos pueden alabar libremente a Dios, señaló
Mérida, Yucatán, 13 de abril de 2017.- El arzobispo de Yucatán, Gustavo Rodríguez Vega, le lavó los pies a doce internos –seis hombres y seis mujeres- del Centro de Centro Reinserción Social (Cereso) de Mérida, como parte de los oficios religiosos del jueves santo, a quienes les dijo que “en el templo interior de su corazón y en completa libertad, pueden alabar a dios cada vez que se sientan solos o tristes”
Ante aproximadamente 200 internos, familiares y religiosos se realizó la misa en el penal meridano, en donde el líder de la iglesia católica en la entidad le lavó los pies a esas doce personas, como los hiciera Jesucristo en señal de humildad y servicio.
Se informó que estos reclusos fueron elegidos para esa ceremonia, debido a que durante el año participaron en las actividades del grupo religioso Pastoral Penitenciaria.
De igual forma la ceremonia religiosa fue acompañada del coro de internos de dicho penal, formada por cinco personas: un tecladista, un guitarrista y tres voces. A este acto, el cual se realizó en día de visita, asistieron familiares, personal del Cereso, religiosas, y los mismos reclusos.
Los internos que participaron en la ceremonia del jueves santo fueron D.Y.J. E., L.M.B.,M.C.M.,B.S.M., C.L.V., J.J.M., J.L.C.P., E.M.R., P.M.N.,D.C.A., F.P.C. Y J.J.G.K., la cual estuvo a cargo de los sacerdotes Clemente Pérez Tellez –párroco de la capilla del Cereso-, Alberto Ávila –vicario de la parroquia San Maximiliano Kolbe-, Valentín Uitzil Yam –coordinador de la Pastoral Juvenil de Yucatán-, Guillermo Loría y el arzobispo de Yucatán Gustavo Rodríguez Vega.
Cabe mencionar que en esta misa de lavatorio de pies, los doce internos se caracterizaron como los apóstoles de Cristo para recrear el pasaje bíblico conocido como la Última Cena.
En la homilía, el arzobispo Rodríguez Vega recordó que se celebra la institución del sacerdocio y del sacramento de la eucaristía, y agradeció la presencia de los religiosos y agrupaciones que se dieron cita para “visitar a los hermanos en reclusión”.
“Hoy también celebramos la institución del mandamiento nuevo, el mandamiento del amor”, indicó el líder católico.
A lo internos les dijo que “en el templo interior de su corazón y en completa libertad pueden alabar a dios”, cada vez que se sientan solos o tristes. De igual forma exhortó a los internos a “vivir el mandamiento nuevo del amor” teniendo compañerismo y amistad con los demás reclusos.
Tras el mensaje del arzobispo, este se dio a la tarea de lavarle los pies a los doce internos del penal, los cuales fueron elegidos por la Pastoral Penitenciaria en coordinación con autoridades del Cereso.
Por su parte algunos de los internos dijeron que su participación es “algo bonito que nace del corazón”, ya que no los obligan a ser parte de estos oficios religiosos, y que no exigen nada. Señalaron que la enseñanza de participar en esta ceremonia es la humildad y compartir, y comentaron que esta experiencia los llena de paz interior. (Guillermo Castillo)