“No es necesario el aumento de penas, solo aplicar la ley”, dice un diputado.
A pesar del endurecimiento de las leyes para sancionar la crueldad en contra los animales, los agresores logran no ser castigados.
El año pasado, el Congreso de Yucatán aprobó la “Ley Rulfo” que castiga hasta con 10 años de cárcel a aquella persona que realice actos de crueldad o de muerte a un animal, ya sea doméstico o salvaje.
Según el diputado local del PVEM, Harry Rodríguez Botello Fierro, “se ha avanzado muchísimo” en materia de legislación.
Sin embargo, se siguen registrando agresiones, como la que ocurrió en el municipio de Tizimín, donde un perro fue lazado dentro de un ruedo para sacarlo de este.
“Siguen los torneos de lazo, no tenemos ni para cuando por los famosos usos y costumbres, entonces hay una serie de marañas que en Yucatán sabemos utilizar para no cumplir en este tema en especial, el uso y costumbres es clarísimo, ni siquiera debería entrar en este tipo de conceptos porque no cumple ni siquiera, ni con el concepto, ni con el tiempo, ni nada”, abundó.
También están las calezas que son arrastradas por caballos o los tierreros que utilizan mulas para jalarlas.
El legislador dijo que solamente hace falta aplicar la ley ya que, incluso, se ha facultado para que la autoridad, en caso de sorprender “in fraganti” a una persona pueda detenerla.
“No es necesario el aumento de penas, solo aplicar la ley; además de tener empatía con las mascotas”, expresó.
ALEJANDRO RUVALCABA