Concluye que tras una nueva revisión de sus correos electrónicos cuando era secretaria de Estado no amerita presentar cargos; Trump se inconforme.
Washington, EE.UU., 7 de noviembre de 2016.– El director del FBI, James Comey, informó al Congreso de Estados Unidos que los resultados de una reciente revisión de nuevos correos electrónicos no amerita presentar cargos en el caso del uso de un servidor privado por parte de la candidata demócrata Hillary Clinton cuando era secretaria de Estado.
En una carta, explicó: “Sobre la base de nuestra revisión (de esos correos), no hemos modificado las conclusiones que ya expresamos en julio”.
“Estamos felices de saber que este asunto ha quedado resuelto”, dijo por su parte Jennifer Palmieri, responsable de comunicaciones de la campaña de la candidata demócrata, poco después de conocerse la decisión de la Oficina Federal de Investigaciones (FBI).
En tanto, el candidato republicano Donald Trump, señaló que Clinton enfrentaría “investigaciones por mucho, mucho tiempo”. También denunció que no es posible “revisar 650 mil correos en ocho días”.
El anuncio se dio a dos días de las elecciones presidenciales de Estados Unidos.
Los dos candidatos organizaron para las últimas horas de sus campañas agendas frenéticas y se concentraron en estados donde los sondeos no indican un claro favorito, aunque ayer las tendencias exhibían una leve ventaja para la demócrata.
El director de la Oficina Federal de Investigaciones, James Comey, comunicó al Congreso que los emails de la candidata demócrata que fueron analizados no arrojaron novedad alguna que amerite imputar cargos contra Clinton.
La Oficina Federal de Investigaciones (FBI) descartó ayer presentar cualquier cargo formal contra Hillary Clinton por sus comunicaciones cuando era secretaria de Estado, y le dejó las manos libres para volver a concentrarse en la campaña electoral, a poco más de un día de las presidenciales de mañana.
Estamos felices de saber que este asunto ha quedado resuelto”, dijo Jeniffer Palmieri, responsable de comunicaciones de la campaña de la candidata demócrata, poco después de conocerse la decisión de la policía federal estadunidense.
En una carta al Congreso, el director del FBI, James Comey, informó que la revisión de nuevos correos electrónicos descubiertos hace poco más de una semana no arrojaban novedad alguna que habilite la presentación de cargos contra Clinton.
“Sobre la base de nuestra revisión (de esos correos), no hemos modificado las conclusiones que ya expresamos en julio en relación con la secretaria Clinton”, comunicó Comey refiriéndose a una decisión que ya había sido adoptada este año.
Según la cadena de televisión CNN, la mayoría de correos electrónicos de Clinton eran duplicados de las comunicaciones que el FBI ya había examinado anteriormente o mensajes personales.
El 28 de octubre, en una carta similar al mismo grupo de legisladores, Comey provocó un terremoto político en medio de la campaña electoral, al anunciar que el FBI había hallado nuevos mensajes electrónicos y que los peritos investigarían si habían pasado por el servidor privado que Clinton mantuvo cuando era secretaria de Estado.
En tanto, Nancy Pelosi, líder de la minoría demócrata en la Cámara de Representantes, aplaudió la decisión de Comey de cerrar el caso. Mientras, Mike Pence, candidato republicano a la vicepresidencia del país, insinuó que no está satisfecho con la conclusión del FBI.
Ante una multitud que lo vitoreaba en Hickory, North Carolina, Pence aseguró que “el mal manejo de la información secreta es un delito”.
En el mismo sentido, dirigentes del Partido Republicano minimizaron la importancia del comunicado.
Por su parte, el presidente de la Cámara de Representantes, Paul Ryan, quien destacó que el uso de Clinton de un servidor privado comprometió la seguridad nacional, aseguró que “ella cree que está sobre la ley y juega bajo sus propias reglas”.
Clinton, en tanto, realizó un mitin en Cleveland, Ohio, pero no hizo referencia a la carta de Comey o al fin de la nueva polémica sobre su mensajería.
El candidato republicano Donald Trump, por su lado, de nuevo criticó a la clase política en general, y alegó que Clinton enfrentaría “investigaciones por mucho, mucho tiempo”. También denunció que no es posible “revisar 650 mil correos en ocho días”.
El estallido de esa nueva crisis, hace poco más de una semana, coincidió con un cambio visible en la tendencia general de los sondeos, que pasaron a mostrar una caída en los niveles de intención de voto para Clinton y un fortalecimiento de Trump.
Posiblemente resulte imposible medir el impacto que el fin de esta polémica pueda tener sobre la campaña, pero en este último fin de semana los sondeos mostraron a Clinton por delante de Trump.
La media de las principales encuestas realizada por el sitio Real Clear Politic, que tiene en cuenta a los candidatos de los partidos minoritarios de los Libertarios y Verdes, sitúa el apoyo a Clinton en 44.9 % y el de Trump en 42.7%.
Clinton y Trump imprimieron en la recta final un ritmo frenético a su agenda, concentrada en los estados indecisos.
Trump pretende conquistar Iowa, Minnesota, Michigan, Pensilvania, Florida, Carolina del Norte y Nueva Hampshire, estados considerados fundamentales para conseguir la victoria.
Para el equipo de Clinton, sin embargo, la insistencia de Trump en Michigan es apenas un acto desesperado. (Excélsior)