Ni en su propia universidad quieren a Trump

Apenas hay rastro suyo en la prestigiosa escuela de negocios Wharton

Estados Unidos, 17 de jul. de 16.- Las universidades de élite estadounidenses suelen enorgullecerse cuando uno de sus antiguos alumnos llega lejos. Pero Donald Trump, como en tantas otras cosas, es una excepción.

 

En sus mítines, Trump, que la próxima semana será designado oficialmente el candidato republicano a la Casa Blanca en las elecciones de noviembre, vende su experiencia en la Universidad de Pensilvania como un sinónimo de éxito. Pero él es un anatema en este campus en Filadelfia.

 

Apenas hay rastro suyo en la prestigiosa escuela de negocios Wharton, de la que se licenció en Economía en 1968. La cúpula de la escuela y los profesores rechazan hablar del magnate inmobiliario.

Muchos alumnos desconocen que allí estudió el que puede ser el próximo presidente de Estados Unidos. Y los que han decidido hablar de Trump ha sido para criticarle: más de 3.500 estudiantes y trabajadores de Wharton, actuales y pasados, han firmado una carta abierta contra el candidato.

 

“Rechazamos inequívocamente el uso de su educación en Wharton como plataforma para promover el prejuicio y la intolerancia”, reza la carta, que se titula ‘No nos representas’.

 

“Sus declaraciones discriminatorias son incompatibles con los valores que nos enseñan y que enseñamos en Wharton, y expresamos nuestro compromiso firme con una sociedad americana abierta e inclusiva”, agrega.

 

Trump se ha mofado de inmigrantes, mujeres y discapacitados, y ha evitado desmarcarse del apoyo de fundamentalistas blancos. El empresario de hoteles y casinos ha combinado esa retórica agresiva con el intento de proyectarse como un gestor eficiente para cortejar a su base de votantes de clase trabajadora blanca. Y, para ello, ha recurrido a su pasado universitario, algo que apenas hacen otros políticos.

 

“Soy muy inteligente. Fui a la escuela de negocios Wharton. Incluso entonces, hace mucho tiempo, era una de las escuelas más difíciles de entrar”, ha dicho. En otra ocasión, cuando se le acusó de hacer un comentario vulgar, respondió: “¿Quién diría eso? ¡Fui a la escuela de negocios Wharton!”.

 

Un portavoz de la escuela, establecida en 1881, declina comentar sobre Trump y la carta. La política oficial es de silencio absoluto.

 

El campus de la Universidad de Pensilvania en el que está Wharton es, a diferencia del monolítico discurso electoral de Trump, un reflejo de la diversidad de EE UU: entre los edificios elegantes, se ven personas blancas, negras, hispanas o asiáticas.