Un barco de la compañía Carnival parte desde Miami con rumbo a La Habana
La Habana, 2 de mayo de 2016.- Estados Unidos y Cuba vuelven a estar unidas por el mar. Un crucero de la compañía Carnival ha partido sobre las 16.00 desde Miami (22.00 en España) con rumbo a La Habana, donde tiene previsto arribar mañana lunes. Se trata del primer crucero que conecta ambos países tras más de medio siglo de aislamiento. El barco hará escala también en Santiago de Cuba y en la localidad de Cienfuegos y tiene previsto regresar a Miami el próximo 8 de mayo.
La reanudación de las relaciones diplomáticas entre Estados Unidos y Cuba,acordadas por Barack Obama y Raúl Castro en diciembre de 2014, empieza a dar algunos frutos. Los dos países vecinos se han dado la espalda durante décadas y este es uno de los principales logros prácticos conseguidos hasta el momento.
El Adonia, fletado por Carnival, la principal compañía de cruceros del mundo, ha partido desde la terminal J del puerto de Miami, entre importantes medidas de seguridad. Una decena de coches de policía estaba en las inmediaciones de la terminal para evitar que nada enturbiase el histórico viaje. De hecho, las personas que se concentraron para protestar no pudieron acceder a la terminal.
Los viajeros han ido llegando de forma regular a lo largo de la mañana. Según fuentes de la compañía, finalmente viajan 590 personas a bordo, de las que cerca de la mitad son representantes de medios de comunicación. Entre los viajeros, precisaron estas fuentes, solo hay 12 personas de origen cubano.
La presencia de estos viajeros ha capitalizado en las últimas semanas el primer crucero entre Estados Unidos y Cuba. Inicialmente, la compañía Carnival se negó a vender billetes a personas nacidas en Cuba pero que residen en Estados Unidos. El motivo que alegaba la compañía era que una normativa del Gobierno cubano impedía a los ciudadanos nacidos en la isla regresar a su país por barco, aunque sí pueden hacerlo en avión.
Este asunto levantó una enorme polvareda entre el exilio cubano, que se movilizó contra Carnival y convocó protestas ante en su sede en Miami. Algunos de los afectados llegaron a interponer una demanda contra la empresa de cruceros por discriminación. Pero el momento decisivo llegó cuando el secretario de Estados de EE UU, John Kerry, se sumó a las críticas a la compañía. Carnival rectificó y anunció que sí vendería billetes a las personas nacidas en Cuba pero que residen en Estados Unidos. Para añadir presión, mostró su disposición a retrasar el crucero si el Gobierno de Raúl Castro mantenía vigente la norma que impedía a los cubanos regresar a la isla por vía marítima. Este escenario finalmente no se produjo porque poco después Cuba anunció la derogación de la normativa.
El máximo responsable de Carnival, Arnold Donald, subrayó esta mañana la importancia del primer crucero entre Estados Unidos y Cuba en más de 50 años. “Esto significa un mejor futuro para los estadounidenses y para los cubanos”, afirmó. (El País)