Ambientalistas califican las declaraciones de la Profepa como “patéticas”.
CANCÚN. 30 de enero de 2016.- Tras el anuncio de la Profepa que minimiza el daño al manglar Tajamar, ONG muestran imágenes de la fauna afectada, tomadas en el sitio del desmonte.
Las agrupaciones lamentaron los intentos del gobierno para “desestimar” los impactos ambientales que traen consigo la pérdida del manglar, cuyo valor social, ambiental y económico supera las ganancias por la venta de los terrenos.
“La Profepa intenta deslegitimar los esfuerzos ciudadanos para defender el medio ambiente y justifica los daños a la flora y fauna en Tajamar, señalando la falsedad de algunas imágenes que han circulado en redes sociales. Sin embargo, existen imágenes fidedignas de la destrucción que no pudo constatar, debido a que realizó sus inspecciones diez días después del desmonte”, señalaron.
El Centro Mexicano de Derecho Ambiental (Cemda); Centro para la Diversidad Biológica; Comarino; Defenders of Wildlife; Greenpeace; Salvemos el Manglar Tajamar y Teyeliz destacaron que la lentitud con la que actuaron las autoridades permitió que se concretaran daños a la flora y fauna bajo el amparo de un permiso otorgado hace una década, tiempo en el que el manglar y las especies siguieron desarrollándose, reproduciéndose, creciendo y migrando, “por lo que es ridículo que se intente justificar el daño al sitio, pretendiendo que se mantiene igual que hace diez años, como si en el manglar se hubiera congelado en el tiempo, esperando a
que se iniciaran las obras”.
Agregaron que la legislación cambió en la última década para brindar mayor protección a este tipo de ecosistema y, al mismo tiempo, la visión y entendimiento por parte de la sociedad en general y científica e inclusive el sector gubernamental, cambió, dándole al manglar un estatus de ecosistema esencial para la ecología y bienestar de las comunidades costeras que hoy las autoridades intentan minimizar.
“Es urgente que se suspendan definitivamente las obras en Tajamar y que México desarrolle políticas públicas que eviten la repetición de casos como éste, plagado de irregularidades”, concluyeron.
Por su parte, Jesús Lezama, director del Seminario Interdisciplinario sobre Estudios Ambientales del Colegio de México, comentó que las declaraciones de la Profepa “son patéticas: es una cuestión de negación de realidad, de compromiso, no sólo con los ecosistemas y la naturaleza”.
El jueves pasado, el titular de la Profepa, Guillermo Haro Bélchez, mencionó que lo sucedido en Tajamar no se trató de un ecocidio ni fue una devastación ambiental, ya que durante el recorrido realizado por actuarios judiciales no se encontraron evidencias de animales muertos.
En entrevista con Yuriria Sierra para Grupo Imagen Multimedia, Lezama comentó que la actitud del procurador es “una ceguera selectiva, en donde ve lo que quiere ver se atrevió a decir que los humedales no existían. Se debería de ocupar en proteger a la naturaleza en vez de apoyar a los inversionistas”.
En tanto, el próximo 7 de febrero quedarán sin vigencia las autorizaciones otorgadas a los desarrolladores otorgadas en 2005 y ampliadas en 2009 y 2011, informó Haro.
Explicó que los 22 propietarios de los 44 lotes tendrán que solicitar a la Semarnat nuevas autorizaciones ambientales, que tendrán darse, si es el caso, al amparo de la legislación vigente.
En entrevista con Adela Micha para Grupo Imagen Multimedia, el titular de Profepa destacó que las solicitudes tendrán que presentarse también ante las autoridades estatales, municipales y estar en congruencia con los cambios del desarrollo urbano.
Mientras tanto, el subprocurador de la Profepa, Ignacio Millán Tovar, reiteró ayer que el desmonte del 16 de enero se ejecutó al amparo de autorizaciones válidas y vigentes otorgadas por la Semarnat para desarrollarse en un predio que no está considerado sitio Ramsar ni se encuentra dentro del Área Natural Protegida (ANP) Sistema Lagunar Nichupté. (Excelsior)