Será un club inglés el que suceda en la cima del futbol europeo al Real Madrid, solo falta ver si es el Liverpool o el Tottenham.
Madrid, España, 1 de junio de 2019.- Mucho se ha hablado de la sequía de 29 años sin títulos de Liverpool en la liga inglesa, una que estuvo a un par de puntos de poner fin hace tres semanas.
Pero la de Tottenham duplica eso, remontándose a 1961. Pese a ello, el equipo está en la final sin haber tenido que hacer el extravagante derroche de dinero que clubes como Manchester City y Paris Saint-Germain han realizado —sin éxito— por el mismo objetivo.
El técnico Mauricio Pochettino no pudo adquirir a un solo jugador en las últimas dos ventanas de fichajes —algo inédito para un club de la Liga Premier— debido a la frugalidad que se impuso al completar la construcción de su nuevo estadio, a un costo de 1,000 millones de dólares. De todas formas, el timonel argentino acaba de asegurar la cuarta temporada seguida en la que quedan entre los cuatro primeros de la Liga Premier por encima de Arsenal y Manchester United, clubes con mayor presupuesto.
Desde que Pochettino tomó las riendas en 2014, el gasto en fichaje no pasa de las 30 millones de libras (38 millones de dólares). Esa es la sexta parte de lo invertido por Liverpool en los últimos cinco años.ADVERTISING
“Uno puede considerar que el técnico tiene plena confianza con quienes ha trabajado en los últimos dos años, que cree en ti y que no quiere traer a nadie para hacerte competencia en tu posición”, dijo el zaguero de Tottenham Danny Rose. “O lo puedes interpretar que nadie quiere jugar en Tottenham, porque el club no tiene dinero para fichar”.
Ese no es el reproche que se lanza a John Henry, el dueño de Liverpool y que también es el patrón de los Medias Rojas de Boston, los campeones del béisbol de las Grandes Ligas en Estados Unidos.
La respuesta de Klopp tras la derrota en la pasada final fue desprenderse del torpe arquero Loris Karius y —por corto tiempo— romper el récord para el fichaje de un portero al llevarse a Alisson Becker del Roma por 85 millones de dólares.
Aquella final en Kiev fue agónica para Mohamed Salah, quien tuvo que salir del partido en la primera media hora tras sufrir una lesión en el hombro, y Liverpool perdió 3-1. El delantero egipcio no pudo acercarse al botín de 44 goles que facturó la temporada pasada, con 26 en todas las competiciones al repartirse los tantos con sus compañeros Sadio Mané y Roberto Firmino.
Ahora el objetivo es prevenir que Liverpool pierda una tercera final seguida de la Champions desde la última consagración en 2005.
“Todo es mejor en esta oportunidad”, dijo Salah. “Y tenemos más experiencia que la vez pasada”.
Agencias.