El asentamiento está situado junto a la frontera con Turquía
Estambul 6 de mayo, de 2016.- Un ataque aéreo perpetrado este jueves contra un campo de desplazados internos por el conflicto sirio en la provincia de Idlib, cerca de la frontera con Turquía, ha causado la muerte a al menos 30 personas, según informaron a fuentes de los Cascos Blancos, la organización de defensa civil que trabaja en las zonas controladas por la oposición siria. Los refugiados golpeados por los bombardeos habían huido de los combates en la zona de Alepo, donde este jueves comenzó un alto el fuego de 48 horas.
El bombardeo se produjo en torno a las seis de la tarde hora local en el campo de Al Camuna, cerca de la localidad de Sarmada (provincia de Idlib), a unos 10 kilómetros del paso fronterizo de Bab al Hawa-Cilvegözü. No hay datos oficiales sobre las víctimas o los daños que ha causado el supuesto ataque aéreo, ni sobre quién lo ha perpetrado, aunque en un vídeo suministrado por la red opositora Comités de Coordinación Local en el que se percibe la destrucción sufrida por el campamento se escucha a algunos de los afectados gritar “rusos, rusos”. “¿Quién lo ha podido cometer? Alguien que tenga aviones, o el régimen u otro poder con aviación”, afirmó una fuente de los Cascos Blancos.
Las imágenes en las redes sociales muestran tiendas destruidas e incendiadas, así como los trabajos de los bomberos para sofocar las llamas y la evacuación de víctimas, si bien no hay confirmación independiente sobre la veracidad de las imágenes. El Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH) dijo de que hay numerosas personas con heridas de gravedad lo que podría hacer aumentar el número de víctimas mortales. Una fuente de Médicos Sin Fronteras (MSF) informó a este diario que 2 personas procedentes de Sarmada, una madre de 60 años y su hija de 17, fueron recibidos por la unidad de quemados del centro que la organización médica posee en la localidad de Atmeh.
La Casa Blanca condenó ayer el ataque en una declaración en la que recalca que no hay ningún motivo justificado para perpetrar una ofensiva contra civiles inocentes. “Esencialmente, en esa zona no hay objetivos militares pero sí muchísimos campamentos de desplazados internos”, aseguró una fuente humanitaria que pidió el anonimato. “El problema es que Al Nusra (la filial de Al Qaeda en Siria) tiene una importante presencia en la zona y eso es habitualmente utilizado como excusa para atacar”, añadió. Al Nusra y el Estado Islámico están excluidos del alto el fuego pactado el pasado febrero por ser organizaciones terroristas mundialmente reconocidas.
En toda la provincia de Idlib se calcula que hay unos 700.000 desplazados internos por los cinco años de conflicto y muchos de ellos llevan largo tiempo allá. De ellos, 150.000 se encuentran en las cercanías del paso fronterizo de Bab al Hawa pero no pueden refugiarse en Turquía debido al cierre de fronteras decretado por Ankara como parte del acuerdo antimigratorio pactado con la UE.
No se trata del primer ataque a un campo de refugiados durante el alto el fuego. La organización Human Rights Watch denunció el pasado abril el ataque de la aviación del régimen de Bachar el Asad a cinco campamentos de desplazados internos en las provincias de Latakia e Idlib a lo largo de la frontera con Turquía. En esa ocasión sólo se contaron dos fallecidos, pero unas 3.000 personas fueron obligadas a escapar más al norte para evitar las bombas. También el Estado Islámico (ISIS) atacó en abril varios campos de desplazados en una zona bajo control rebelde en el norte de la provincia de Alepo, obligando a sus ocupantes a trasladarse a otras instalaciones que ya se encuentran desbordadas.
El bombardeo coincide con una tregua de 48 horas que comenzó ayer en Alepo, donde desde el pasado 22 de abril han muerto alrededor de 300 personas por los ataques aéreos de las fuerzas leales al Gobierno de Bachar el Asad.
(El País)