Se armó la fiesta en Coapa por el centenario entre cánticos e ilusiones renovadas
Ciudad de México 13 de octubre de 2016.- El América celebró los cien años de su fundación con el compromiso de mantenerse como el más ganador de México por mucho tiempo, entre cánticos y muestras de cariño que le regalaron cerca de 500 aficionados afuera de sus instalaciones.
No fue una celebración opulenta, como se presupuestaba la tendría el antiguamente apodado equipo Milloneta, sino, más bien, una en la que se pudieron aprovechar los limitados recursos. Una verbena que disfrutaron más los que laboran dentro de la organización.
La inauguración de una cancha de entrenamiento fue lo más destacado de la jornada en lo material, aunque en el discurso llegó lo más rico: la promesa de que habrá un título en el semestre para que su gente los celebre.
Estuvo presente el empresario Emilio Azcárraga Jean, dueño del club, para cortar el listón de la cancha Cien años de grandeza, acompañado de otros directivos de su empresa. Entre un fuerte dispositivo de seguridad se adentró para también develar una placa alusiva al centenario, que se colocó justo debajo de una tribuna armada para recibir a 700 personas.
Jugadores, cuerpo técnico, directivos y niños de distintas fundaciones, que son beneficiadas por el club, presenciaron el acto, entre los que sobresalió el niño refuerzo César Villafuente, quien pretende ser un amuleto para las Águilas.
Después, una comida con la gente que trabaja en el club (todos, en absoluto) con discurso previo del dueño en el que les agradeció su labor. También hubo reconocimientos a los que tienen más de 20 años laborando ahí.
Sin embargo, fue su gente la que le puso color a la celebración: cánticos, mantas, serenata y una asistencia en gran número para unirse a una de las fechas más importantes en lo que va de su historia.
Llegaron las barras acompañadas con su folclor: tambores, banderas y jóvenes incansables que alentaron desde afuera a los jugadores, mientras éstos los escuchaban en pleno entrenamiento.
Al menos, los futbolistas se dieron cuenta de que hubo afición afuera, porque adentro no pudieron estar por cuestiones de seguridad.
Desafortunadamente el América olvidó a su afición en el centenario, y eso es un desaire que sólo se lo perdonarán con un título. (Excélsior)