Unos 24 mil pequeños negocios exigen ser parte de la reactivación económica
Mérida, Yucatán, a 19 de mayo de 2020.- Los comerciantes abarroteros de Yucatán, quienes llevan décadas en situación de crisis, es uno de los sectores que encontró un “respiro” durante la pandemia del COVID-19, por lo que ahora, con el inicio de la reactivación económica, tiene el desafío de incorporarse al desarrollo del Estado y convertirse en una mejor opción para los consumidores.
De acuerdo con la consultora de mercadotecnia Segmentos Research, que dirige José Cab Lugo, en Yucatán hay cerca de 24 mil tiendas de abarrotes ubicadas en colonias de Mérida y en todos los municipios del interior del Estado, sin embargo, los gobiernos, cámaras empresariales y marcas proveedoras, no han logrado hacer del sector abarrotero un negocio rentable y competitivo.
Cab Lugo señala que estudios revelan que los gastos de luz y de resurtido de productos es el gran problema de los abarroteros, además que los apoyos gubernamentales en esta contingencia sanitaria para las empresas no tomaron en cuenta a este sector, el cual forma parte de la cadena de valor y compras de un importante grupo de marcas de agua purificada, refrescos, botanas y comestibles.
De acuerdo con Russel Méndez Aranda, propietario de una tienda de abarrotes en el centro de Mérida, señala que las marcas de botanas, galletas, salchichonería, detergentes y refrescos, han tendido en estos negocios un canal de distribución noble que trabaja en la buenas y en la malas, viviendo de los porcentajes de una pequeña utilidad.
Por su parte, la Cámara del Pequeño Comercio en Yucatán, que dirige Jorge Cardeña Licona, señala que 70 por ciento de los abarrotes son negocios familiares, los cuales enfrentan la contingencia sanitaria.
Por ello, desde el inicio de la pandemia los empresarios hicieron un llamado para comprar en las tiendas de abarrotes en todas las colonias de Mérida y en el interior del Estado.
Manifestó que parte medular de la reactivación económica es integrar al sector abarrotero, ya que generan una derrama económica de cinco mil millones de pesos anuales en la compra a sus proveedores.
Jorge Euán