La violencia de género en Yucatán es una deuda creciente que parece que ni siquiera se empieza a pagar y la cual deberá -obligadamente- a reflexionar a quienes son responsables de prevenir este tipo de delitos, en especial y particularmente el Instituto por la Igualdad entre Mujeres y Hombres en Yucatán (IPIEMH) cuya titular, Alaine López Briceño, ya reconoció públicamente que es necesario un «frente común» para frenar este tipo de delitos.
Independientemente de factores diversos -educación y atención desde el hogar, la escuela, entre otros- es necesario que el sector oficial -municipal, estatal y federal- se pongan de acuerdo para tomar medidas urgentes, ya que el asunto de la agresión de mujeres en Yucatán parece aumentar velozmente.
La muerte de una mujer en las instalaciones de Plaza Fiesta que habia sido amenazada por su todavía marido, y que era víctima de violencia física y psicológica, revela lo creciente del problema.
Y de remate las cifras no mienten, en Yucatán en lo que va del año ya se tienen reportes de seis feminicidios, una cifra digna de alarma y de tomar en cuenta pero ya. (desdeelbalcon.com)